Cruces Córdoba 2023 | El rebujito, el mejor antídoto contra el calor

«Habrá gente, música alta hasta las dos de la madrugada y mucho jaleo», les resumió. Los turistas son de California y no les da miedo: «Venimos a Córdoba precisamente a eso, a las Cruces».

Quizá el aprensivo pensaría que no les debían de faltar motivos con los termómetros tan en rojo como este año, pero en todas partes constatan que han pesado más las ganas de divertirse y de tomar la ciudad que las de pensar que esto es algo así como el verano anticipado y que por lo tanto hay que buscar el aire acondicionado en casa.

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Su actitud resume bien lo que cuentan los responsables de las Cruces de Mayo de la fiesta este año: hay muchos visitantes foráneos, españoles y extranjeros, y sobre todo muchas ganas de divertirse. No se notan ni las crisis ni el miedo a los más de 35 que hubo en las dos primeras tardes.

En San Nicolás, el hermano mayor de la Sentencia, Rafael Salamanca, cuenta a ABC la historia de los californianos que están disfrutando de la fiesta, pero también confirma, como todos los demás consultados, que no han notado que el calor esté dejando a la gente en casa.

Al revés: incluso en las horas centrales del día buscan refugio debajo de los toldos y disfrutan de la fiesta. «Desde que terminó la pandemia yo diría que la afluencia es igual que antes o mayor, porque parece que la gente tiene más ganas de divertirse y de aprovechar la vida», cuenta el hermano mayor. Y eso se traduce en mayor afluencia y también más caja para las entidades que se encargan de mantener la fiesta.

La música y la sombra ayudan a llevar el calor veraniego que se ha padecido en los primeros días, pero el antídoto supremo es el rebujito. Rafael Salamanca lo corrobora y también lo dice Luis Montero, que atiende la venta de tickets de la cruz de la hermandad de la Santa Faz, en la plaza de la Compañía.

«El rebujito se vende mucho, parece que ayuda a llevar el calor», confirma. La combinación de vino y gaseosa a temperatura muy baja siempre ha sido muy popular en la primera cita del Mayo Festivo, pero en este año, para rehidratar el cuerpo ante el calor, más que nunca.

Todavía se habla del calor en las Cruces al mediodía del sábado, justo en el momento en que parece que hay un respiro. Amaneció gris y hacia la una de la tarde amenaza algo de la deseada lluvia. Luis Montero concede que el viernes el calor llegó a ser «agobiante», pero no consiguió que el público de su cruz dejara de acudir, porque ya cuenta con un cierto público fijo, después de muchos años en la plaza.

«Quizá un poco menos a la hora de la siesta, que es cuando hace más calor», pero dentro de lo que la cofradía esperaba. Como los demás, asegura que además de cordobeses hay muchos visitantes de fuera, tanto nacionales como extranjeros, y todos con muchas ganas de disfrutar.

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En la plaza del Cardenal Toledo está la cruz de la hermandad del Císter y su hermano mayor, Manuel López Lorenzo, sí admite que «el calor influye», sobre todo a las horas en que más sube el termómetro, pero se compensa con mucha actividad por las noches, al menos hasta las dos de la madrugada, que es el tope que este año ha puesto el Ayuntamiento.

Ha notado muchos visitantes de fuera de España y de la mitad norte del país y explica que no ha habido más remedio que subir los precios, porque las materias primas se han encarecido hasta un 30 por ciento, como consecuencia de la inflación. Los precios son más alto, pero la gente sigue disfrutando.

Poco después de la una del mediodía comienza a llover, pero, como sucedió también en la tarde del viernes, no dura más que unos minutos y ni siquiera se moja el suelo. Las familias siguen llegando hasta las Cruces de Mayo. Las del Centro y las de los barrios.

A la hora de comer vuelan los bocadillos y las tapas, y el vino, los refrescos y la cerveza, se multiplican. Vuelve el calor por encima de los 30 grados, pero ya no es lo que hubo que padecer en los días anteriores. Para celebrarlo nada mejor que dejarse llevar y bailar unas sevillanas y luego otras y otras.