Sucesos
Crimen en la calle Platero Pedro de Bares: «Se sabía que esto podía pasar con tantas noches de juergas y peleas»
Los vecinos del piso en que murió un hombre hablan de muy mala convivencia con los protagonistas
Muere un hombre de dos puñaladas en el pecho en Córdoba
Córdoba
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Iniciar sesión¿Un crimen? ¿En esta calle? El recorrido por Platero Pedro de Bares ha empezado por el extremo oriental en busca del lugar en que un hombre murió apuñalado presuntamente por otro, y a la altura del número 50 nadie ha ... visto nada. Por fin, en un bar, un joven da una pista: «Ha sido en el número 3».
Y si no se supiera el lugar exacto podría adivinarse por las conversaciones en la barra, por lo que comentan quienes han bajado a comprar el pan y lo que tienen ganas de contar los que son capaces de armar el puzle de lo que ha sucedido.
Nadie de los vecinos es capaz de decir el nombre de la víctima. No lo conocían porque llevaba poco tiempo en el barrio. «Sí conocía a la mujer que vivía en la casa, que se llama Loli», dicen bastantes. Los primeros cuentan el relato, con el que también trabaja la Policía, de que una pareja anterior de ella se habría presentado en el piso.
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Fue otro hombre, la pareja actual, quien abrió la puerta, y quien se llevó las dos puñaladas que le causaron la muerte. Lo relatan dos vecinos de la calle Platero Pedro de Bares que han sacado por separado a sus perros. «Lo que vi esta mañana fue que ella perseguía a un hombre para evitar que se escapara», relata una mujer.
Dos mujeres con algo más de edad hablan de la familia de Loli: «Los conozco a todos, son gente trabajadora y muy humilde. Ella... nada más que regular, quizá». Pero les pone nombre y cara a todos perfectamente. La historia del móvil pasional se arma, pero en el interior del bloque se le añaden otros condicionantes.
El segundo 4, el piso del suceso, está precintado por la Policía, y los vecinos que suben a pie por la escalera desde el primero tienen que esquivar los charcos de sangre que dejó la víctima al caer malherida. Un vídeo lo muestra casi en el descansillo que hay entre las dos plantas, y todavía queda mucha sangre en varios escalones.
En su misma planta, en la segunda, hablan dos vecinos, y uno de ellos da el diagnóstico: «Se sabía que algo de esto podía terminar pasando, porque aquí había muchas fiestas, peleas, alcohol y drogas». Y otra vecina explica que la mujer, que vivía en la acera de los pares de la misma calle, se había mudado hace cosa de un año, cuando murió su padre, que habitaba el piso. Se lo quedó en usufructo.
Lo que para ella fue un cambio de residencia, para sus vecinos fue un infierno, porque tenían que aguantar fiestas, ruido y problemas a altas horas de la madrugada. «En mi casa podían llamar a las cinco de la madrugada preguntando por ella», dice una de las residentes.
La noche del miércoles al jueves, pocas horas antes de que las cuchilladas llevasen la situación al terreno de la tragedia, había sido muy dura para los vecinos, con gritos, jaleo y también peleas, que eran frecuentes. No era, para ellos, extraño ver al presunto agresor en la casa. «No creo que esta noche hayan dormido», explica uno de los vecinos.
Los habitantes de la calle Platero Pedro de Bares hablan de malos tratos, intentos de agresión, pero la Policía no constata que la mujer lo hubiera hecho.
La Policía no ha constatado denuncias previas por violencia puestas por la mujer
Otra de las habitantes de la segunda planta también se queja de que la Policía no hace caso de las llamadas ni evita que su comportamiento perturbe el descanso de los demás. Para ellos es una situación nueva: nunca habían tenido problemas de convivencia y ahora viven «con miedo».
Dentro del panorama de gritos y problemas, los que se escucharon en torno a las diez de la mañana de este jueves ni siquiera llamarían demasiado la atención, pero los vecinos que se asomaron encontraron a un hombre en un charco de sangre.
A esas horas la noticia ha seguido corriendo por el barrio y los vecinos no dejan de comentar la cercanía con el otro crimen, el que ocurrió junto a la calle Sagunto, con la muerte de Rafael. «¿Qué estará pasando ahora en el barrio?», se pregunta una mujer.
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