Declarado el 'estado de nerviosismo' en el Córdoba CF

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El fuego cruzado ha comenzado en El Arcángel, especialmente en el vestuario ante la oleada de críticas a su juego y resultados, principalmente a domicilio y que están poniendo en cuestión el cumpliendo del objetivo de la temporada: la permanencia en Segunda. Los reproches han empezado a ganar partido en todos los estamentos del club. Todos los actores tiene motivos para defender sus posicionamientos, pero todos evidencian una notable intranquilidad interna.

El CEO, el entrenador, el capitán y la afición ya han señalado sus responsables de esta situación. El problema se agrava con un calendario de aquí al final de año, que es tanto como hasta ea final de la primera vuelta, que no invita al optimismo para que el Córdoba sea capaz a salir del descenso que ahora ocupa por tercera vez en 16 jornadas.

El primero en abrir la caja de los truenos fue el CEO del Córdoba CF. Antonio Fernández Monterrubio apuntó a los árbitros. En concreto, al VAR. Incluso, el club presentó una queja formal ante el estamento arbitral por el arbitraje frente al Cádiz. Era la gota que colmaba el vaso de una serie de decisiones en contra que no han beneficiado al equipo en el campo. Justificadas o no las quejas, lo cierto es que hacer culpable a los árbitros de la situación, siendo en parte razonable, es reduccionismo puro.

El segundo en estallar ha sido el entrenador. Iván Ania siempre ha sido muy sincero y no ha dejado de serlo ahora que el viento sopla en contra, a pesar de que sus palabras empiezan a ser más una llamada de auxilio. Otra evidencia del nerviosismo interno que hay por la situación. El técnico, antes del partido ante el Almería, pidió refuerzos para competir por la permanencia. A preguntas de los periodistas, se mojó para señalar que «obviamente» el Córdoba necesita fichar en invierno si quiere cumplir el objetivo. Con más de un mes por delante para abrir el melón del mercado, Ania, realmente, lanzó un SOS. Es consciente de que el rendimiento del equipo no puede estar siempre por encima de sus posibilidades reales, como sucede en casa. De hecho, manifestó que «todo el mundo sabe dónde tenemos que reforzarnos», aunque «ese no es mi trabajo».

En su línea de sinceridad, el técnico asturiano dejó claro en Almería que no quiere acabar engullido por los errores de su plantilla. Por eso, señaló directamente a la calidad de muchos de sus jugadores para explicar lo que le está pasando al equipo a domicilio, donde sólo ha sumado un punto de 24 posibles. Ania comentó tras la goleada en suelo almeriense, que se suma a las de Elche y Huesca, que el problema de algunos de sus futbolistas «no es de actitud con 'C'», dejando entrever, sin nombrarlo expresamente, que es un problema de aptitud. Un dardo directo a la falta de calidad de algunos de los miembros de la plantilla para competir en Segunda con garantías.

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No lo vinculó directamente, pero parece que los centrales, especialmente Martínez y Marvel, están más que señalados: «Es un caso, para mí, inexplicable, que tenga que hacer siempre un cambio de un central; no sé si es la cuarta, la quinta o la sexta (vez), pero es un cambio que te condiciona totalmente».

El vestuario también ha alzado la voz. Lo ha hecho a través del portavoz de la plantilla. El capitán del Córdoba, Carlos Marín, dio el martes la cara para explicar lo sucedido, pero igualmente para pedir decisiones a los dirigentes del club. El portero blanquiverde señaló que «tenemos que ser autocríticos» y que «hay un mercado de invierno muy cerca e igual es la solución», comentó, puesto que «la realidad es que no nos da, fuera de casa no nos da», por lo que invitó a los dirigentes del club a que «tendrán que tomar decisiones». El propio vestuario pidiendo fichajes para salir del descenso. Pocas veces visto. Otra señal de nerviosismo.

Tan evidente como que, semana tras semana, se comenta que los errores cometidos jornadas atrás no se van a repetir. Un ejemplo de esta situación de tensión que se evidencia en el campo es Álex Sala. Desde que perdió la titularidad por sanción ha sido incapaz de ser el jugador decisivo de principio de temporada. Ha visto tres tarjetas amarillas en apenas tres ratos de los últimos tres partidos. Dos de ellas sin estar el balón en juego siquiera.

El nerviosismo también ha calado en la afición, que no encuentra explicación al cambio de rendimiento del equipo como local y a domicilio. Tira del carro en casa, pero está impotente como visitante. Las humillaciones como foráneo en Almería, en Elche y en Huesca han hecho mucho daño. El equipo sólo ha sumado un punto fuera en ocho visitas. Es el peor visitante de la categoría con diferencia. Insostenible salvarlo con su estado en El Arcángel.

El Córdoba CF está en puestos de descenso, con 17 puntos e igualado con el Deportivo, que está fuera de ellos. Diciembre se presenta como un mes para la supervivencia. El calendario, sin embargo, aporta un punto más de intranquilidad a todo el cordobesismo. Le quedan cinco partidos muy complicados para llegar a los 25 que se antojan como la mitad de los 50 necesarios para la salvación. Sólo le queda recibir al Tenerife de la zona baja. El resto serán equipos de la primera mitad de la tabla. Tiene que visitar a Sporting de Gijón, Levante y Oviedo más recibir al Eibar.