Cambio de gobierno en un ayuntamiento de Córdoba: Lola Amo, propuesta como alcaldesa de Montoro

Lo de los movimientos extraños es una cuestión puramente matemática. El PSOE perdió la mayoría absoluta en el municipio como consecuencia de una escisión interna. Un partido salido de sus filas, la Unión Democrática Independiente de Montoro, consiguió cinco concejales por seis el PSOE. El PP tiene uno e IU, otro. Sólo un acuerdo a tres bandas podría apear a los socialistas de la investidura de Lola Amo.

La más que posible próxima responsable del municipio más poblado de la comarca del Alto Guadalquivir se presenta con todas las posibilidades de encabezar la papeleta electoral en mayo de 2023. El partido tiene una normativa interna que esquiva la celebración de primarias en los lugares donde se gobierna. Todos los alcaldes del municipio a lo largo de la democracia han formado parte del Partido Socialista.

Amo no las ha tenido todas consigo. Vicesecretaria general con Antonio Ruiz hasta el pasado congreso provincial, se quedó en minoría en las votaciones del anterior cónclave del partido en Andalucía en un movimiento que encabezó el exalcalde Antonio Sánchez Villaverde, que fue parte de la campaña de Juan Espadas en las primarias.

Lola Amo nació en 1978. Es graduada en Magisterio por la especialidad de Audición y Lenguaje. Además, es vicepresidenta primera de la Diputación de Córdoba aunque su papel ha tenido menos relevancia en los últimos tiempos desde que el PSOE optó por dar relevancia al papel del alcalde de Montilla, Rafael Llamas, del ala renovadora del partido en Andalucía.

Amo es concejala en el Ayuntamiento de Montoro desde el año 1999 aunque formó parte de la dirección provincial y buena parte de su carrera en política se ha realizado en la institución provincial. Tuvo un fuerte aprieto cuando se investigaron las oposiciones del Consorcio de Bomberos aunque fue exonerada de cualquier cargo.

La futura alcaldesa de Montoro no era la número dos de la lista sino que ocupaba el tercer puesto. Para llegar a sentarse en el sillón del antiguo palacete de la Casa de Alba, se ha tenido que gestionar la renuncia de quien sí ocupaba ese puesto y era el primer teniente de alcalde, Antonio Casado.