Caja Rural del Sur reconoce a los mejores de Córdoba en innovación, conservación, empresa, Universidad y sociedad

Este jueves, la institución ha entregado los premios Ricardo López Crespo, que reconocen las mejores iniciativas en distintos ámbitos en lo social, lo económico, lo cultural y lo académico. El Salón Liceo del Real Círculo de la Amistad acogió el acto de entrega, en el que estuvieron presentes los consejeros de Justicia, José Antonio Nieto, y Universidades, José Carlos Gómez Villamandos, además del presidente de la Diputación Provincial, Salvador Fuentes.

El premio a iniciativas empresariales promovidas por jóvenes ha sido para Lavandería Industrial de Posadas, S.L.U., una firma que inició su trabajo en 2012 y desde entonces había incrementado su facturación de forma constante hasta que el coronavirus obligó a cambiar.

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Desde entonces ha seguido creciendo, y ahora trabajan entre 25 y 30 personas que manejan una macrolavandería con capacidad para 10.000 kilos de ropa. Los establecimientos hoteleros, de Córdoba y de las provincias limítrofes, están entre los clientes que han confiado en su trabajo.

El premio Hermano Bonifacio a la Acción Social Solidaria se entregó a la asociación Autismo Córdoba. Su presidenta, Francisca Suárez, resaltó cómo a lo largo de los últimos casi cuarenta años han buscado «mejorar la vida» de las personas con autismo y de sus familias.

Así, ha enumerado las actividades que realizan con niños y mayores, ya que se les acompaña desde el principio y después en el tránsito en la vida adulta. Hay escuelas de hermanos, formación para las familias y muchas actividades de visitas culturales y de todo tipo, desde lo lúdico hasta lo más específico.

En esta categoría se ha concedido un accésit a la asociación San Rafael de alzheimer y otras demencias. Manuel Blasco ha resaltado cómo se trabaja para frenar el avance de la enfermedad y para que las personas que atraviesan por enfermedades de este tipo y sus familias se sientan acompañadas.

El reconocimiento a proyectos de I+D+i en la actividad agroalimentaria se lo ha llevado un proyecto para mejorar la calidad del lobo embuchado ibérico del Valle de los Pedroches mediante la inoculación de levaduras autóctonas.

José Ramos, catedrático de Microbiología de la Universidad de Córdoba, explicó cómo la presencia de los microorganismos autóctonos permite que la calidad de un producto ya de por sí excelente sea mayor. Abogó además por «promover la actividad y la investigación como algo muy necesario para el desarrollo».

El reconocimiento al mejor expediente de la Universidad de Córdoba se entregó a Laura Angulo, graduada en Ciencias. Durante su formación tuvo la oportunidad de un año de Erasmus en el Reino Unido, en que conoció a profesionales de la Química y a gente de muchos países, en una experiencia con la que además mejoró su inglés.

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Ha disfrutado de una beca de Química Física y Termodinámica y ahora hace un máster en Nanociencia y Nanotecnología. Su objetivo laboral lo tiene claro: «Me gustaría dedicarme a la industria farmacéutica».

En la categoría de Recuperación del Patrimonio Histórico-Artístico Provincial se reconoció 'ex aequo' al proyecto de conservación, restauración y mejora de la conservación visual del Castillo de Priego de Córdoba y al profesor Francisco Montes Tubío.

El responsable del primero, el arquitecto Alfonso Ochoa, destacó que el monumento presentaba muchos elementos desgastados y la pérdida de elementos originales, como consecuencia del paso del tiempo y del terremoto de Lisboa en 1755.

El proyecto ha conseguido «recuperar elementos perdidos» y se han realizado «intervenciones importantes, para eliminar grietas y oquedades, además de humedades». No han inventado nada, ha insistido, sino que se han empleado siempre elementos originales.

Francisco Montes recibió el premio por su larga trayectoria académica, que entre otros muchos asuntos se ha dedicado a la investigación sobre el Patrimonio, y en concreto a las industrias agrarias.

«Córdoba es muy rica en estas industrias y tiene amplios conjuntos en lo monumental y en lo arqueológico», resaltó el profesor al recibir el reconocimiento de la Fundación Caja Rural del Sur.

Cerró el acto el presidente de la Fundación Caja Rural del Sur y de su Fundación, José Luis García-Palacios, que insistió en asegurar que los galardonados son «reconocidos, no premiados, porque un premio es a veces algo que llega por sorteo».

Al contrario, los que lo han recibido han tenido que esforzarse mucho. «Y es difícil, porque algunos premios se han tenido que doblar», recordó. García-Palacios aseguró es la sociedad la que debe dar las gracias, y no ellos, porque son los que dan: «Tenemos que sentirnos orgullosos de tanto talento».