navidad

La Cabalgata de Reyes deja por fin la Estrella de Oriente bien alta en Córdoba

Gran ambiente en la calle para un cortejo de Melchor, Gaspar y Baltasar mucho más lucido y cuidado que los de años anteriores

El Rey Melchor, al comienzo del desfile RAFAEL CARMONA

Córdoba

05/01/2024
Actualizado 07/01/2024 a las 08:23h.

Ahora sí que sí. El Ayuntamiento de Córdoba puede darse por más que satisfecho con la Cabalgata de los Reyes Magos, que tantos quebraderos de cabeza le ha reportado. Porque la comitiva de Gaspar, Melchor y Baltasar ha estado a la ... altura de las circunstancias este 5 de enero. Y de sobra.

Si no han sido cien mil los ciudadanos que han salido a la calle para saludar a los Magos de Oriente, en la víspera de la Epifanía, que era la cifra que esperaba el Consistorio, el número se ha acercado mucho, porque desde la primera hora de la sobremesa era una multitud la que estaba a la espera del paso de los protagonistas de la tarde, y sobre todo de la noche. En la plaza de Santa Teresa, donde el desfile ha comenzado oficialmente aunque ya en el trayecto desde el estadio la fiesta había estallado, no cabía un alfiler al filo de las cinco.

La cosa prometía. El cielo estaba despejado y si alguna vez ha habido nubes ha sido para embellecer el firmamento, pintado ya de los colores anaranjados de los atardeceres que empiezan a acortarse. No ha hecho un frío excesivo, y el aire que ha corrido ha sido un aliado del heraldo del cortejo, en este caso un pasacalles articulado de tonos azulones del que pendía una bailarina joven y sonriente mecida por la brisa de enero.

Desde el principio ha quedado claro que la Cabalgata estaba en manos de profesionales. De gente que sabe qué necesitan los niños para soñar y sus padres para aprender a compartir sus ilusiones, este cuento maravilloso del 5 de enero.

Jóvenes y niñas vestidas de época RAFAEL CARMONA

La responsabilidad era de Grupo Mundo, la empresa a la que el equipo de gobierno municipal le encargó el montaje del evento, y al que hay que agradecerle el esfuerzo y el buen gusto a la hora de poner en pie un espectáculo móvil dotado con más de 444.700 euros de presupuesto -un 268 por ciento más que la última edición, aún en manos de la Federación de Peñas Cordobesas-.

Cualquiera que haya visto la Cabalgata habrá llegado a la conclusión de que para hacer disfrutar al personal basta una decena y media de carrozas de tamaño medio -bastante más pequeñas que las habituales-, los figurantes justos pero bien ataviados y una selección musical apropiada.

Al pasacalles inicial de la Fantasía Celeste -precedida por una representación de la Sección Montada de la Policía Local- le ha seguido un carricoche de la Estrella, en la que ha brillado como capitán el doctor José Rumbao, que tenía toda la pinta de estar pasándoselo en grande pastoreando a los pequeños a su cargo.

Buena caracterización

Si ha habido elementos que nada tienen que ver con la Navidad no han chirriado, como sí ha ocurrido en otras ocasiones. Adultos y chiquillos han disfrutado saludando a Superman y a Spiderman, que parecían Superman y Spiderman y no como otras veces que daba la impresión de estar disfrazados con trajes de quinta mano, y después a la legación protocolaria de los bomberos y la Guardia Civil. Animosos y muy bien caracterizados iban detrás un grupo de personajes de Disney, que forman parte del imaginario colectivo de estas fechas y como tales han sido reconocidos y abrazados.

Que la fiesta iba en serio lo han dejado claro las tres bandas de música con las que ha contado Grupo Mundo: la de la Estrella, la de la Cena y la del Cristo del Amor. La terna de formaciones musicales ha ejercido de gozne del desfile, porque tras ellas ya se encontraba la chicha de la Cabalgata, su razón de ser.

«Ya vienen los Reyes Magos, ya vienen los Reyes Magos, caminito de Belén», coreaban los ciudadanos apiñados en Vallellano, con la ciudad ya bajo el manto de la primera noche. Y no mentían. Porque enseguida han aparecido -sonrientes, frescos, simpáticos y generosos- Melchor (María Dolores Manjón), Gaspar (Macarena Gómez) y Baltasar (Sebastián Madrid), que venían desde el otro lado del río haciendo las delicias de quienes han salido a su encuentro.

El caminito a Belén, muy bien iluminado por el exorno discreto de las carrozas menudas que han recorrido la ciudad, ha sido feliz y prometedor, un camino con todas las de la ley: que llega a un sitio desconocido o en el que pasan cosas nunca vistas. A El Alpargate por primera vez, donde la Estrella de Oriente reina ya en lo más alto de la plaza con la satisfacción de quien ha cumplido con creces con una bella misión.