En su lucha por los metales más preciados, el cordobés, de apenas 18 años, cayó ante Ronel Suyom, de Filipinas. El combate comenzó con igualdad de fuerzas, aunque el asiático demostró una gran rapidez y llegó con su derecha recta al cuerpo del español en los primeros momentos del asalto inicial. Lozano, sin embargo, equilibró las acciones pero, hacia el final de esos primeros tres minutos, una nueva derecha de Suyom derribó al andaluz, que se encontraba mal posicionado de piernas.
Su camino hasta el metal no fue fácil. En octavos se enfrentó a Tuyshinzaya Otgonbayar mientras que en cuartos se vio las caras con Phlongaurai, de Tailandia. Sobre el combate, Rafael Lozano reconocía que «no había sido nada fácil el triunfo. Era un boxeador rápido, con un buen golpeo al cuerpo y no podía precisar mis contras. No obstante, he llegado más y en el tercero, con ventaja, he pensado que no merecía la pena arriesgar y he dejado pasar el tiempo, aunque estaba fuerte físicamente».
No pudo llegar más lejos en esta ocasión pero ha demostrado que el boxeo está creciendo con jóvenes como él o José Luis Navarro Jr. El hijo del seleccionador nacional y cordobés, Rafael Lozano, abre la puerta a España para que otros jóvenes vean la posibilidad de estar entre los mejores y hacer cantera en el boxeo español
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