Mayo festivo
Bodegueros y público, sobre la nueva ubicación de la Cata del Vino: «Creemos que puede ser el sitio definitivo»
El nuevo recinto en la avenida del Alcázar recibe una buena acogida por parte de asistentes y profesionales, pero se apunta a falta de espacio
La Cata del Vino también se llena en su nueva ubicación, en imágenes
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Poco antes de la hora de apertura de la Cata del Vino el sábado, las 12.00 horas, todo el Alcázar de los Reyes Cristianos era ya un hervidero. En la zona de la antigua puerta de entrada, en la plaza colindante con la calle Caballerizas Reales, un mercado de artículos decorativos y de piel congregaba a multitud de curiosos venidos de un sinfín de países. Al otro lado, pegada al río, la actual entrada era un trasiego constante de gente. Y el acceso a la cata, aún cerrado, añadía al panorama una cola ya bien nutrida de personas de todas las edades. Antes de las 13.00, esta cita con las bodegas de la provincia en su nueva ubicación lucía ya con una cantidad de público considerable.
Una consulta realizada por ABC entre asistentes y bodegueros deja claro que el novedoso sitio, en pleno casco histórico, resulta magníficamente acogido después de una historia de esta actividad enológica que se ha caracterizado por una multitud de emplazamientos.El éxito ha sido tan que se pide un poco más de espacio. A todo esto hay que añadir que las ventas también han subido.
Un grupo de cinco amigos mayores, y de Córdoba Placi, Asunción, Encarni, Rafael y José, acuden por vez primera al nuevo recinto de la cata. Algunos de ellos ya tienen claro algunos vinos que no pueden faltar en su haber, como los de Bodegas San Acacio, «porque entran suavito y muy bien», aunque también habrá degustación de Bodegas Alvear. «El entorno es maravilloso, parece que va a hacer fresquito y acompaña todo esto», indica Placi, que ejerce como portavoz, abarcando con un gesto de las manos la riqueza monumental de un lado y la belleza paisajística del río por otro. «Nos parece muy bien este sitio».
Si alguien sabe de vino, de empresa y de ubicaciones de la cata, es sin duda el director comercial de Navisa, Antonio Portero, que lleva trabajando cuarenta años en este grupo. Son las bodegas más grandes de Montilla-Moriles. «El enclave es muy bonito y da lugar a que muchos extranjeros puedan visitarnos, algo que es muy importante para darse a conocer», explica, aunque echa de menos algo más de espacio. También apunta algo interesante: «Este formato es bastante mejor, pero se debería dejar algún día en exclusiva para profesionales de la hostelería y la sumillería».
Dos parejas treinteañeras, cordobeses todos, Ana, Julia, Sebastián y Álvaro, acuden igualmente por vez primera a la cata en la avenida del Alcázar. Conocen bien muchas de las antiguas ubicaciones y ven con muy buenos ojos esta novedad. «Desde luego es una forma de hacer publicidad de los vinos Montilla, ya que vendrán muchos turistas». Esta pandilla también ve un poco pequeño el recinto, sobre todo con la previsión puesta en las horas punta. «Quizá tendría que tener otros veinte metros más al final para que hubiese más hueco entre casetas». Como buenos aficionados al vino de la tierra, brindan con sus medios de fino, algo que habrá que explicarles -la diferencia entre medio y copa-, a los visitantes.
Las claves
Paco Vilches y María Redondo trabajan en Bodegas Alvear. El primero en la línea de crianza, eventos y producción. La segunda en el área de enoturismo. «Estamos sorprendidos, la ubicación es muy acertada y la afluencia de gente enorme: creemos que puede ser el sitio definitivo, además es muy propicio para recibir público extranjero y turismo nacional». Ambos llaman la atención sobre la inquietud, cada vez mayor, de la gente joven por saber de vinos, algo que rompe el tópico sobre este sector de la población.
Por su parte, el comercial de la Cooperativa La Unión, Luis López, se muestra más cauto ante la ubicación: «Es un recinto que hoy va a demostrar si es pequeño o es grande», pero alaba dos aspectos, por una parte la apertura al visitante y al extranjero, por otra la entrada gratuita.
Jorge Triguero y Berta Garrido vienen de Madrid. Visitan la cata por primera vez aunque ya habían estado en Córdoba antes, sólo que en Navidad. Se toparon con el evento al pasear por el Puente Romano y ver los carteles. «Desde luego con nosotros ha funcionado el reclamo», indican en tono de broma. Y se disponen a degustar unos vinos de los que poco conocen.
Otra pareja, esta vez cordobesa, Agustín y Diana, como otros entrevistados, visita este recinto por vez primera. «Desde hace un montón se habla de que no sabemos promocionar nuestros vinos, pues este sitio quizá sea bueno para ello». Y como otros cordobeses conocedores de antiguas ubicaciones, dudan sobre el tamaño, que esta vez sí importa.
El secretario de la Cooperativa Vitivinícola Local de Aguilar de la Frontera, Francisco Paniagua, echa de menos un poquito de más tamaño en el recinto, sobre todo en cuanto a anchura. Ha representado a su bodega en otras cuatro ubicaciones, por lo que en este caso, asegura, «estábamos reacios al principio, pero está resultando bastante bien, tiene mucha aceptación y tenemos muchos turistas, que antes no los teníamos».
De momento, y a falta de datos concretos, la impresión de todos los responsables de bodegas consultados es que se está vendiendo más, pese a que no hay horario de noche. Eso sí, todos recuerdan que puede ser debido a otro factor añadido, la ausencia de muchas bodegas que no han querido asistir. Por este motivo prefieren aguardar a una análisis más profundo en este aspecto que, de momento, ofrece gran optimismo.
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