Las placas solares en el Casco de Córdoba, para las zonas residenciales más nuevas situadas al borde

Esto es, la edificada entre los siglos XIX y XX, el ensanche extramuros, o los bordes del perímetro, con la salvedad del Centro comercial por Gran Capitán, Cruz Conde, Tejares, Colón, Ollerías y fachada del Paseo de la Victoria y partes de la Trinidad. Un bloque de pisos en el Bulevar, frente al parque de Colón o en ciertas zonas de Lope de Hoces, para entendernos.

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Rafael Aguilar

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Según la propuesta que se estudiará este miércoles, estas zonas están actualmente bajo una serie de requisitos más laxos para intervenir en su parcelario, lo cual tampoco quiere decir que poner placas solares vaya a ser un camino de rosas, pero sí al menos, una opción más factible.

Bastará con una declaración responsable del propietario acompañada de un estudio de impacto previo que deberá contar con un informe favorable de los técnicos municipales e incluso de Cultura según donde recaiga el proyecto. Todo ello teniendo en cuenta una serie de requisitos que aboguen por instalaciones «adecuadas y propocionadas» al lugar, que sea una solución lo menos visible desde la calle y con soportes livianos y que no permitan, a la par, configurar nuevas dependencias sobre ese inmueble.

Lo llamativo del caso es que Urbanismo se agarra a un acuerdo de 2007 donde se prohibía la instalación de paneles en todo el Casco menos en la llamada Zona Renovada y con los mismos requisitos que ahora pone sobre la mesa Fuentes. Nada nuevo bajo el sol, de este modo.

Y es que la propia memoria que engrosa la propuesta a debate lo dice meridianamente claro: «Con la normativa sectorial actual de Protección del Patrimonio Histórico (andaluza y española) así como con el vigente Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico de Córdoba [hace un mes iba a ser modificado para regular estos usos en toda su huella urbana] no es posible autorizar de un modo directo la instalación de paneles solares en las cubiertas de los edificios englobados en su ámbito».

El caserío antiguo de Córdoba se despliega bajo varios velos de protección. Es Bien de Interés Cultural (BIC) en su mayor parte, casi la mitad está bajo la protección de la Lista del Patrimonio Mundial y tres cuartas partes está sometido a unas ordenanzas edificatorias muy severas para preservar su morfología y estructura y conservar así los valores arquitectónicos por los que se preserva.

Habría que modificar todos esos corsés urbanísticos para poder abrir la mano a una reclamación de algunos sectores vecinales -algunos de los cuales viven en barrios donde es casi imposible poner placas-, y esa medida es la que ha dejado sobre la mesa el PP a poco menos de dos meses y medio para las elecciones municipales.

La propuesta del Ayuntamiento alude a la existencia de casi 1.800 edificios catalogados en toda la superficie del Casco -uno de los más extensos de Europa-, inmuebles para los que pide impulsar incentivos que apuesten por el ahorro con subvenciones para programas que se adapten a las peculiaridades de cada uno de ellos, incluso «explorando otras fuentes de energía limpia como la geotermia o aerotermia», reza el texto de la propuesta.

Desde tejas solares hasta comunidades de autoconsumo con placas a dos kilómetros máximo de distancia son soluciones que están sobre la mesa, pero tanto su alto coste como la rigidez de la norma urbanística y patrimonial las convierten en casi una utopía, dado también el poder adquisitivo medio que hay y la despoblación incesante.