La Audiencia de Córdoba ratifica el internamiento de un menor que abusó de su prima de 7 años de 2013 a 2015

Así, la sentencia de la Audiencia considera probado que el joven condenado, que contaba con 12 años cuando comenzó a cometer los hehos, aprovechaba los momentos que estaba solo con la niña (ya que las familias de ambos residían en parcelas colindantes) para cometer los abusos.

Si bien la menor se negaba, su primo la convencía diciéndole que era un juego, «que no pasaba nada, que era algo que hacían todos los niños y si, aún así, ella se oponía, la amenazaba con contar lo que había hecho a toda la familia, añadiendo que le creerían a él y no a ella porque era tonta y que se rompería la relación familiar», recoge el fallo.

De este modo, la oligaba a prácticas sexuales consistentes en tocamientos continuados, además de exigirle que le hiciera felaciones. Los hechos no sólo ocurrían en casa del procesado, sino también de la menor, «ya que por la relación familiar que les une, el joven pasaba mucho tiempo en la vivienda de sus tíos maternos e incluso pernoctaba asiduamente en ella».

La presión que el inculpado ejercía sobre la niña diciéndole que era «patética», «tonta», que nadie le haría caso si revelaba lo que pasaba y haciéndola responsable de la ruptura de la relación familiar y del sufrimiento de sus padres si los hechos salían a la luz, «crearon un clima de miedo en la menor que la llevaron a 'sacrificarse' en aras de la unión familiar, accediendo a las prácticas sexuales a que su primo la sometía, llegando a imaginar que era algo por lo que tenían que pasar todos los niños y niñas».

Según el fallo, además de emplear la intimidación y amenaza para doblegar la voluntad de su prima, «en ocasiones el joven también utilizaba la fuerza física con ella».

Desde que comenzaron estos hechos, la niña «ha presentado sintomatología diversa de la que ha sido tratada por distintos especialistas», como dolores de cabeza, de barriga, llantos, dependencia excesiva a adultos y rechazo a asistir al colegio. La sintomatología descrita persistió durante los años 2013-2015, y aun cuando las agresiones terminaron a finales de 2015.

Desde 2016 a 2018 ha recibido intervención psiquiátrica y psicológica. En 2021 tuvo un intento de autolisis y, gracias a una rápida intervención clínica, se evitó un fatal desenlace. Fue entonces cuando la menor reveló a sus padres los hechos y vivencias sufridas a raíz de las agresiones de su primo.

Además, el menor condenado también abusó de otro de sus primos entre la segunda mitad de 2015 y 2016: «cuanto este quería jugar a la Play de Jorge , le ponía como condición que Agustín le tocara sus genitales».

Junto a la pena de internamiento y libertad vigilada, el tribunal ha dictado la prohibición al acusado de acercarse y comunicarse con los menores a menos de 100 metros de sus domicilios y centros docentes, así como de mantener contacto con ellos por cualquier medio, directo o indirecto, incluidos los canales telemáticos, durante un periodo de cinco años, con abono del tiempo ya cumplido de forma cautelar.

Asimismo, el condenado deberá indemnizar a su prima con 20.000 euros, cantidad que deberá abonar de forma solidaria junto a sus representantes legales en el momento de los hechos, y a su primo con 2.000 euros por el daño moral derivado del delito cometido en su persona.