Suscríbete a
ABC Premium

DESDE SIMBLIA

CÓRDOBA Y LA CULTURA

JOSÉ CALVO POYATO

Juan Miguel Moreno Calderón ha hecho una notable labor con su apoyo a numerosos eventos

DON Antonio Cánovas del Castillo, político controvertido como pocos en nuestra historia, era aficionado a eso que se ha dado en llamar frases lapidarias. Posiblemente se le atribuyan algunas que ... jamás pronunció, pero como cuadran con el perfil del personaje… Pérez Galdós dejó consignada la afirmación de Cánovas de que «Es español quien no puede ser otra cosa». Posiblemente, don Antonio estaba rememorando un verso de Quevedo, que debía conocer —Cánovas era un profundo conocedor de la España de los Austrías de la que nos dejó una historia que todavía se lee con aprovechamiento—en el que afirmaba: «Harto de ser español/desde el día que nací,/ quisiera ser otra cosa/por remudar de país». También se le atribuye a Cánovas: «Si habla mal de España… es español». En realidad, es el último verso de una estrofa compuesta por Joaquín María Bartrina: «Oyendo hablar un hombre, fácil es/saber donde vio la luz del sol./Si alaba Inglaterra será inglés/si os habla mal de Prusia, es un francés/y si habla mal de España…es español». Vaya por delante que no me siento identificado con ninguna de las dos afirmaciones atribuidas al político malagueño, pero algo de razón tenía don Antonio, al utilizar la segunda ellas. Solemos con mucha frecuencia magnificar lo que nos llega de fuera —también hay quien hace gala justo de lo contrario— y valorar en muy escasa medida lo propio.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comparte esta noticia por correo electrónico
Reporta un error en esta noticia