Caridad al pie del Nacimiento

La práctica totalidad tienen en estos días las llamadas «operación kilo», por las que piden a hermanos y devotos que lleven alguna bolsa de comida que después se entregará a las instituciones caritativas. Lo hacen de forma continuada, a lo largo de todas estas fiestas, o bien en jornadas específicas. Así lo llevan a cabo las que tienen instalado el belén y otras centralizan la recogida en su iglesia o casa de hermandad. Muchas cofradías han ampliado esta labor a los juguetes, como los Dolores y el Descendimiento en esta Navidad, ya que son conscientes de que muchas familias no disponen de los suficiente para llevar regalos a los más pequeños.

Otras hermandades salen a la calle para llamar la atención de la gente y conseguir así su colaboración. Fue el caso del Buen Suceso, que recaudó más de una tonelada de alimentos en su ensayo solidario, en el que los asistentes depositan sobre la parihuela bolsas de comida que los costaleros mueven por su recorrido. Se trata de una iniciativa en boga en los últimos años que se repite en otras hermandades, como la Sagrada Cena, que lo hace en Cuaresma con su paso. También es corriente que se hagan conciertos al aire libre para conseguir la colaboración de los asistentes. Así lo hizo en su momento la cofradía de la Entrada Triunfal en Jerusalén con la banda de cornetas y tambores Nuestro Padre Jesús Caído y Nuestra Señora de la Fuensanta.

Los pasacalles solidarios son frecuentes, como el que ayer hizo la agrupación musical Santísimo Cristo de Gracia por las calles de su barrio, con destino a la obra social de la hermandad. También lo hace tradicionalmente la banda de la Redención por la Huerta de la Reina. El interior de los templos también se llena de acontecimientos de este tipo, como el concierto «Cantarillo de Paz», que organiza la cofradía del Miércoles Santo en Capuchinos o el que hizo la hermandad del Remedio de Ánimas a cargo del Orfeón Cajasur en San Lorenzo.