Cien personas 'viven' en hospitales públicos de Andalucía sin ningún motivo médico porque no tienen dónde ir
Están ocupando camas indebidamente durante 86 días de media mientras la Junta les busca una residencia, porque no tienen hogar o su familia renuncia a hacerse cargo de ellos
El Gobierno andaluz ultima un plan para darles una alternativa más rápida y que resulte menos costosa para el sistema público
«La soledad es dura y hay mayores solos abandonados en todos los barrios de Sevilla»
Sevilla
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Iniciar sesiónAlgunos son ancianos que viven con su soledad como única compañera para los que volver a su casa tras una estancia hospitalaria no es una opción viable. No pueden valerse por sí mismos pero tampoco pueden ser devueltos a sus familiares porque no ... los tienen. O sí los tienen pero, como sucede en la mitad de los casos, sus allegados no pueden hacerse cargo de ellos porque su estresante trabajo no les deja tiempo para cuidar a un abuelo dependiente, porque su casa es pequeña, porque no pueden sumar esa tarea adicional al pesado fardo de sus hijos menores o porque están también mayores y sufren los achaques de la vejez. O lo que es peor, sus familiares se desentienden sin el menor remordimiento: cuando desde el hospital les llaman para que acudan a recoger a su pariente tras recibir el alta clínica, ni siquiera se molestan en descolgar el teléfono. Allí lo dejaron ingresado cuando se rompió la cadera tras una caída o le sobrevino un ictus y no piensan regresar nunca más a por él.
Ahora mismo, mientras usted lee esta noticia, en la mayoría de hospitales públicos del Servicio Andaluz de Salud (SAS) viven un centenar de personas que ocupan camas sin necesidad porque podrían haber recibido el alta médica hace semanas o incluso meses. Pero siguen morando en centros sanitarios porque no tienen adónde ir.
El hospital funciona como un refugio transitorio a la espera de una alternativa residencial definitiva que no es fácil ni rápido encontrar. La Consejería de Salud y Consumo está inventariando, mediante encuestas periódicas, los recursos hospitalarios que se emplean en las denominadas estancias sociales, donde se encuadran estas personas que se quedan 'varadas' en un centro sanitario por tiempo indefinido porque no tienen un sitio al que volver. Necesitan más cuidados asistenciales que los puramente médicos.
109
Estancias sociales en los hospitales andaluces
Datos recogidos a partir de cinco encuestas en cinco periodos distintos (enero 2020, febrero y noviembre de 2021, junio de 2022 y enero de 2023)
Hombres
70,37%
Distribución
por sexos
29,63%
Mujeres
Sobrecarga
de la persona
que cuida
Exclusión social
Soledad y/o aislamiento
Circunstancias
sociales que
alargan la
hospitalizción
6,48%
62,96%
64,81%
50,92%
62,96%
Tener
personas
a su cargo
Apoyo social
o familiar precario
Distribución
por provincias
Distribución
por edades
Menor de
39 años
40-49 años
6,48%
7,4%
Córdoba
Jaén
50-59 años
4,6%
12,7%
16,66%
Huelva
Sevilla
60-69 años
6,5%
29,6%
25%
Granada
12%
Almería
Málaga
70-79 años
9,3%
7,4%
19,44%
Cádiz
17,6%
80-89 años
16,66%
Mayor de 80 años
Datos no
registrados
2,77%
Fuente: Junta de Andalucía
5,55%
Gráfico: A. Montes / ABC SEVILLA
Estancias sociales
en los hospitales
andaluces
109
Datos recogidos a partir de cinco encuestas en cinco periodos distintos (enero 2020, febrero y noviembre de 2021, junio de 2022 y enero de 2023)
Distribución por sexos
Hombres
70,37%
29,63%
Mujeres
Circunstancias sociales que
alargan la hospitalizción
Sobrecarga
de la persona
que cuida
Exclusión social
Soledad y/o aislamiento
6,48%
62,96%
64,81%
50,92%
62,96%
Tener
personas
a su cargo
Apoyo social
o familiar precario
Distribución por provincias
Córdoba
Jaén
4,6%
12,7%
Huelva
Sevilla
6,5%
29,6%
Granada
12%
Almería
Málaga
9,3%
7,4%
Cádiz
17,6%
Distribución según la edad de la persona hospitalizada
Menor de
39 años
40-49 años
6,48%
7,4%
50-59 años
16,66%
60-69 años
25%
70-79 años
19,44%
80-89 años
16,66%
Mayor de 80 años
2,77%
Datos no
registrados
5,55%
Fuente: Junta de Andalucía
Gráfico: A. Montes / ABC SEVILLA
La cifra que arrojan estos sondeos, que estudian su situación socioeconómica, es sonrojante: todos los días del año hay una media de 109 personas que utilizan «indebidamente» camas en el SAS, no por propia voluntad, sino porque «no existe un recurso alternativo para seguir cuidando de ellas», detalla Soledad Jiménez, jefa del servicio de Atención Sociosanitaria de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía.
Hasta 93 de estas 109 personas son dependientes, reconocidos o no, y carecen de autonomía para realizar las actividades básicas de la vida, según la fotografía que muestran las cinco encuestas que ha realizado la Dirección General de Atención Sanitaria, Salud Mental y Adicciones entre enero de 2020 y enero de 2023, para analizar este grave problema al que se enfrenta el sistema sanitario.
El 70,4% de los ingresados son hombres con una edad media de 65 años y casi dos tercios de ellos son víctimas de la soledad indeseada y el aislamiento social, una epidemia silenciosa que pasa factura a su calidad de vida y su salud.
Una cama hospitalaria cuesta 771 euros al día
El gasto adicional que acarrea para las arcas públicas el uso de recursos médicos por pacientes que precisan otro tipo de atenciones es cuantioso. Una cama ocupada en un hospital cuesta 771,43 euros al día, frente a los 58,30 euros que supone una plaza en una residencia para mayores dependientes. «Para el sistema, esta situación provisional no es la mejor opción, pero tampoco es bueno para ellos prolongar la estancia hospitalaria porque quedan expuestos a posibles infecciones o se desorientan», razona la funcionaria.
Por un cúmulo de circunstancias sobrevenidas, el centro sanitario se convierte en su hogar provisional hasta que las unidades de trabajo social hospitalarias encuentran un destino más adecuado a sus necesidades. Éste puede ser una residencia de mayores, donde la demanda es muy elevada y plazas son limitadas para una población cada vez más envejecida.
En otras ocasiones, la solución más aconsejable es que regresen a sus domicilios tras asegurarse de que su médico de familia y su enfermera de referencia van a vigilar su estado de salud y la administración de los medicamentos prescritos y que una asistente social se ocupará de que la vivienda reúna las condiciones higiénicas adecuadas.
Ha habido personas que han llegado a estar hasta 500 días en un hospital, a la espera de encontrarle otro destino
El proceso de reubicación no se hace de un día para otro, sino puede demorarse tres meses o incluso más. «Suelen permanecer de forma indebida unos 86 días de media en los hospitales, aunque ha habido personas que han llegado a los 500 días por falta de otra alternativa», advierte Soledad Jiménez.
Mejorar la coordinación
Para agilizar la respuesta a estos pacientes, la Consejería de Salud y Consumo y la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad están elaborando una estrategia andaluza que pretende mejorar la coordinación entre los servicios implicados. El objetivo es procurar plazas residenciales y no hospitalarias a quienes ya han visto resueltos los problemas de salud que motivaron su ingreso.
Con su traslado a centros geriátricos o de otro tipo, «se optimizarían los recursos públicos porque, en primer lugar, se liberarían camas en hospitales y, en segundo lugar, se reduciría el coste, que es más alto en la atención hospitalaria que en una residencia para mayores en situación de dependencia», defendió la consejera de Salud y Consumo, Catalina García, el pasado miércoles durante una comparecencia parlamentaria que abordó este problema.
Como proyecto piloto, la Agencia de Servicios Sociales y Dependencia de Andalucía ha puesto en marcha una actuación innovadora. Va a crear centros de cuidados intermedios destinados a personas mayores de 50 años que presenten necesidades sanitarias y sociales de manera simultánea y que no puedan recibir estos cuidados en su domicilio habitual tras el alta hospitalaria.
La Junta va a crear 'centros de cuidados intermedios' para rehabilitar a pacientes que necesitan más atención asistencial que médica
La agencia dependiente de la Consejería de Inclusión Social ha convocado un concurso con el objetivo de concertar 60 plazas en residencias que ofrezcan a estas personas una atención integral: rehabilitación, alojamiento, manutención, ayuda en las actividades diarias y acompañamiento. Se quiere evitar que su dependencia se haga crónica con el paso del tiempo si se les envía a sus casas sin proporcionarles una red asistencial, según recoge la memoria justificativa del expediente consultado por ABC en la plataforma de licitaciones públicas.
La experiencia se va a probar en centros residenciales ubicados en Sevilla, Granada, Almería y Huelva, donde estas personas permanecerían durante dos meses, ampliables como máximo uno más si el médico así lo prescribiera. El presupuesto reservado es de 1.056.182 euros por las 60 plazas durante seis meses y se financia en un 96% con los fondos europeos procedentes del Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia.
«La idea es que estas personas que, por ejemplo, se han fracturado la cadera o la rodilla, puedan estar acompañadas por profesionales de los centros de salud para recuperarse en dos o tres meses», subraya la jefa del Servicio de Atención Sociosanitaria.
La estrategia que la Junta prevé aprobar próximamente contempla otras actuaciones como mejorar la coordinación planificada entre la atención sanitaria y los servicios sociales comunitarios, que prestan los ayuntamientos y otras entidades locales, para reforzar la ayuda a domicilio. Además, persigue procurar un intercambio de información más fluido entre ambos sistemas, el sanitario y social, y dar acceso a los profesionales del SAS a los historiales clínicos de los mayores mediante una red informática conectada con los geriátricos.
Por extraño que parezca, las personas que están en esta situación no tienen prioridad en las listas de espera para obtener una plaza en una residencia. La estrategia que están ultimando ambas consejerías hará que sí sea motivo de tramitación urgente.
Cuatro de cada diez no tiene hogar al que volver
El drama de estos pacientes pone al descubierto las costuras de una sociedad que abandona en la cuneta a aquellos que no le reportan beneficios. Casi el 39% no tiene un hogar al que volver. El 24% reside en infraviviendas. El 6,5% está de alquiler y se retrasa en los pagos.
La salud tampoco les acompaña. El 43% está a la espera del reconocimiento del grado de dependencia o de su revisión y el 38,8% tiene 70 años o más. La mayoría tiene dolencias secundarias (comorbilidades) aparte de la causa de su ingreso. El 37% sufre un deterioro cognitivo, el 12% batalla contra una enfermedad terminal. Casi el mismo porcentaje ha pasado por un ictus o una neoplasia. El 24,1 tiene una adicción crónica al alcohol y el 26% manifiesta trastornos de conductas.
Para todos ellos, el hospital se convierte en una tabla de salvación temporal a la que agarrarse cuando su frágil salud hace aguas.
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