La sequía cerrará los grifos del Campo de Gibraltar en abril

Lo aprobó la Mesa de la Sequía en su última reunión a la que además de los ayuntamientos de los municipios afectados y de las cuatro empresas de suministro de agua de la zona acudieron representantes de la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar y de los campos de golf.

Los embalses de Charco Redondo y Guadarranque suman sólo 46 hectómetros cúbicos de agua, cantidad para entre nueve y diez meses. Con la reducción de la presión que se va a aplicar se pretende acumular 20 hectómetros cúbicos en ambos pantanos a 30 de septiembre y garantizar así el suministro a la población hasta que finalice el año.

El Campo de Gibraltar fue además declarado en octubre por la Junta en situación de «excepcional sequía», por lo que el riego de jardines, el baldeo de vías públicas y el llenado de piscinas, entre otras medidas, está prohibido desde entonces. La vigilancia se intensificará en estos municipios para velar por el cumplimiento de dicha prohibición.

Pero las sequías son cíclicas y el Campo de Gibraltar precisa de obras de envergadura para poder afrontar los ciclos de sequía. Una de las obras fundamentales es la presa de Gibralmedina, incluida ya en el Plan Hidrológico de Andalucía, y para el que la Mancomunidad ha pedido recientemente que se adelante el horizonte de ejecución a 2027. Esta infraestructura se ejecutaría en el arroyo de Gibralmedina, en la margen izquierda del río Guadiaro y cerca de San Pablo de Buceite (Cádiz). La Junta de Andalucía ya está redactando el proyecto y luego dependerá del Gobierno central.

«Es un embalse fundamental porque acabaría con la situación de sequía estructural que padecemos y porque salvaría ambientalmente el río Guadiaro, que tiene 5.000 hectáreas de regadío, lo que hace que tenga un presión enorme. Con este embalse se regularían los riegos para la agricultura y además siempre estaría lleno porque junto a la presa se construirá un túnel que deriva a caudales del Guadiaro, el segundo río de Andalucía en caudal con 700 hectómetros al año que se vierten al mar. Sería una garantía de suministro fundamental para nosotros, para los regadíos del Valle del Guadiaro y que además, eventualmente, podría ayudar también a la Costa del Sol», explica a ABC José Manuel Alcántara, director de la empresa pública Aguas y Residuos del Campo de Gibraltar (Arcgisa), dependiente de la Mancomunidad.

La otra asignatura pendiente es poder reutilizar las aguas residuales tratadas de las depuradoras de Algeciras, La Línea de la Concepción y la que se va a construir para San Roque y Los Barrios para las grandes industrias, el riego de campos de golf y polo, y jardines de Guadiaro. Supondría recuperar casi 15 hectómetros cúbicos al año, en torno a un 35 por ciento del consumo anual.

La situación preocupa también, y mucho, al sector industrial. El presidente de honor de la Asociación de Grandes Industrias del Campo de Gibraltar (AGI), siempre ha defendido que el suministro de agua no puede depender únicamente de la lluvia, por lo que considera fundamental contar con una planta desalinizadora: «No podemos estar a expensas de lo que llueve. Precisamos una salida a la necesidad de agua para la industria, ver si se puede recuperar la que tira al mar otros sectores, contar con una planta desalinizadora».

El problema afecta a la competitividad de grandes empresas, que ya están desarrollando planes de consumo responsable del agua con medidas de ahorro y reutilización, mejora del control de los vertidos, eliminación de fugas, o minimizar los consumos en los arranques y paradas.