El Santuario de la Virgen de Regla de Chipiona, a punto de ser declarado Bien de Interés Cultural

Para ello se basa en el decreto de 1949 donde todos los castillos y fortalezas de España lo son «aunque apenas conserven dos piedras», señala Ramos a la vez que hace mención a la Batería de Regla ; aún estando soterrada y oculta a la vista, a menos de 50 metros del Santuario, es también BIC. La importancia patrimonial del Santuario para la Junta es palpable, pues pocos monumentos pueden tener dos estudios de BIC complementarios, este del año pasado y otro anterior de 2007.

Pero aparte del ribat y la iglesia visigoda del siglo VII, otro de los hallazgos de este pastel por capas que es el santuario chipionero, son las tumbas del Humilladero que han salido a la luz pública también. Mirando a la iglesia de frente, a su derecha, se encuentra el Humilladero, donde se ha intervenido, no con mucho criterio arqueológico, el patio de abluciones, «que han confundido con una aldea y han demolido sus muros. Este es el lugar donde deben estar el plural de mezquitillas que como oratorios individuales servían a los peregrinos y es el origen del nombre de Las Mezquitas», especifica el arqueólogo, que vuelve a mostrar su disconformidad con el subterráneo de hormigón que rompe totalmente la integridad del yacimiento y unos ventanales sucios al exterior de unas obras que están a punto de finalizar.

Uno de los tesoros que guarda el museo de los franciscanos del Santuario de la Virgen de Regla es la mayor llave histórica conocida en España. «Tiene medio metro de largo y pesa medio kilo. Es una llave simbólica y da una idea de la importancia que tuvo el ribat o mezquita fortaleza que existía en el mismo lugar», argumenta el profesor Ramos.

El monasterio islámico fue abandonado repentinamente a mediados del siglo XIII a causa de la conquista castellana. En su huida los morabitos lo dejaron todo, incluida esta gran llave ceremonial. El ribat como «castillo mahometano» fue convertido en el Castillo de Regla a finales del siglo XIII por el primer señor castellano de la región, «Guzmán El Bueno», al instalar en su interior a unos monjes de la regla agustina, de donde viene la advocación de la Virgen y la nueva denominación del lugar.

Desde la calle se puede apreciar la entrada zizagueante del Ribat de las Mezquitas —mostrar pero no enseñar—, que aún se conserva en el templo mariano de la Virgen de Regla, cuya imagen se dice que se ocultó en el pozo también situado en la plaza del Humilladero, el aljibe del monasterio islámico.

Antonio Ramos también nos guía para ver otro de los que a su entender es un bien a conservar por su valor. A espaldas de una ampliación contemporánea se encuentra la primitiva huerta del monasterio con un pozo posiblemente visigodo y una noria de sangre mozárabe construida sobre él. Su mota no es de perímetro circular, como todas las islámicas, sino ochavada, cristiana, nuevamente con el símbolo numérico del ocho.