La lucha desigual de la Guardia Civil contra el narco en Andalucía: «Si te ven en inferioridad no paran; van a por ti»

Lo que sí desean es que los que mataron a los agentes el viernes por la noche, sobre las 20.30 horas, en la bocana del puerto, paguen. Y en eso se afanaba la Guardia Civil, que en menos de 24 horas detuvo ayer a los «asesinos», así los catalogó el ministro de Interior. Una operación 'exprés' que ha acabado con ocho detenidos y que comenzó en el mismo momento en el que la lancha de los traficantes abandonó el puerto.

Dejó atrás a David Pérez, agente del Grupo de Acción Rápida (GAR), y a Miguel Ángel González, del Grupo de Actividades Subacuáticas. Han sido horas de tensión, frenéticas y sin descanso, hasta dar con los asesinos, que además dejaron a otro agente del GAR, natural de Tarrassa (Cataluña), malherido, necesitando una operación en uno de sus brazos por las fracturas. Hubo un cuarto herido leve, otro miembro del GEAS de Algeciras, y otros dos buzos de la Guardia Civil que salieron ilesos del «atentado». Son los que tuvieron más suerte.

Los agentes fueron a echar de la bocana del puerto a varias embarcaciones que, por el temporal, se había refugiado amarradas a las boyas de entrada a la ensenada. Y también a identificar a sus ocupantes. Había tres en cada boya desde por la mañana. «Es normal. Sobre todo desde hace un mes y medio, más o menos. Cuando hay temporal se les ve aquí. No llevan droga, como mucho gasolina, pero están aquí», explica uno de los trabajadores del puerto a ABC. «No ocurre solo aquí. Los puedes ver en todos los puertos o en la entrada del Guadalquivir. No pueden estar en el mar con este temporal y se vienen aquí, otros a Conil o Santi Pectri. Se refugian hasta que pueden regresar al mar», añade otro empleado portuario.

Este pasado viernes en Barbate hubo orden de echarlos, pero el Servicio Marítimo no podía salir de puerto con sus patrulleras por el temporal. La solución fue mandar un contingente de cuatro buzos y dos miembros del GAR. La decisión acabó en tragedia. Los agentes iban con una zodiac de seis metros con un motor fueraborda de 80 caballos. La embarcación que usan en el GEAS para dejar a los buzos en los puntos de rastreo. No está preparada para asaltos ni persecuciones.

Es una 'goma' menor. Los narcos, en cambio, tenían una lancha de cuatro motores de 350 caballos y más de 12 metros de eslora. Era una lucha desigual y desproporcionada. Y los narcos sabían que la tenían a favor. Por eso no se amilanaron. «Si te ven en inferioridad no paran. Van para adelante. Van a por ti. Ellos no van a parar. Son muy buenos pilotos. Saben lo que hacen y van a por ti», explica un agente del Servicio Marítimo de la Guardia Civil, que está acostumbrado a lidiar en estas aguas con los traficantes y su bravuconería.

Y eso hicieron. No pararon. Fueron a por ellos. Tras una persecución desigual, donde la zodiac a duras penas los seguía, la narcolancha encaró a la embarcación con los seis guardias civiles y la pasó por encima a toda velocidad. El trágico resultado es un cadáver camino de Pamplona para ser devuelto a la familia y otro que esperaba recibir funeral en Cádiz.

Los narcos no pararon. Sabían lo que habían hecho y huyeron entre los vítores de un grupo de personas que estaba en el dique viendo todo lo que ocurría y grabándolo con su móvil. «Esos todos sabemos quiénes son. Están ahí para ver si cae algún paquete y lo cogen para trapichear», afirma uno de los vecinos.

En el puerto lo tienen claro. «Esos son los mismos que salen con los quads cuando hay temporal a las playas. Saben que las mareas tumban fardos, que los cogen y los venden», añade otro, que explica que con ese trapicheo de menudeo «sacan 20.000 o 30.000 euros». «Es dinero. Aquí cuando hay temporal se ve el movimiento. Las motos que vienen de las playas y la Guardia Civil detrás. Es siempre lo mismo», añade un trabajador del puerto.

Fuentes consultadas por ABC explican que tras la embestida a la zodiac ya se les cogió la pista. «Estaban localizados en todo momento», añaden. Se sabe que entraron tres millas mar adentro huyendo, para luego tratar de salir esquivando al sistema de vigilancia costera. No pudieron.

La Guardia Civil detuvo primero a tres tripulantes de la narcolancha que mató a los agentes al llegar a la playa. Además, se produjo el arresto de otras dos personas que se habían desplazado en un coche a la zona para recogerlos y ponerlos a salvo. Estos fueron alcanzados por las autoridades en Sotogrande (San Roque).

Los otros tres huyeron al monte a pie para esconderse. Ahí, el Instituto Armado ideó un dispositivo de rastreo para dar con ellos. Peinó la zona, hasta que los encontró sobre el mediodía. Entre los fugados estaba el piloto de la lancha, que la lanzó sobre la embarcación de la Guardia Civil y acabó con la vida de los dos agentes.

Los seis arrestados que eran tripulantes están siendo investigados por dos presuntos delitos de homicidio y lesiones graves a agentes de la autoridad. Los otros dos por encubrirlos. Los seis narcos de la lancha tienen, al menos, antecedentes policiales por tráfico de drogas, atentado a agente de la autoridad, lesiones, delitos contra el patrimonio y blanqueo. Los dos que iban a recogerlos, de igual modo, tienen al menos antecedentes policiales por tráfico de drogas y contrabando.

«Esos no son de aquí. Esos narcos no los hay en Barbate. Esos vienen de la parte de La Línea y de allí», añade otro vecino en el puerto, quien dice que está «harto» de ver las 'gomas' en la ensenada sin que nadie les haga nada, que parece que el municipio está tomado por el narco, porque nadie hace nada cuando se atracan ahí. «Y para una vez que van a por ellos, mira lo que pasa», le contesta otro vecino en el puerto de la tragedia.