Andalucía se intenta aislar de la bronca nacional
Entre 'pirómanos' y 'matones', Juanma Moreno insiste en esa moderación que ha permitido que la Comunidad sea un «oasis», mientras el PSOE le acusa de jugar al «poli bueno, poli malo»
Moreno pisa el acelerador camino de las elecciones
Juanma Moreno defiende el «estilo» del PP en Andalucía, «sin insultos y con soluciones»
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Iniciar sesiónLos presidentes de las Comunidades Autónomas de España tiemblan. El bien más preciado del poder es la tranquilidad, y la mínima perturbación enciende la alarma. La batalla nacional entre los dos grandes partidos, PSOE y PP, ha subido de nivel sobre un ... escenario incandescente. Arde España y se abre fuego político, mientras en Andalucía trabajan para no quemar la imagen de moderación de su presidente, Juanma Moreno.
No va a ser fácil buscar la calma entre la tempestad, pero en los últimos días se ha producido un cambio en el discurso del Partido Popular. Como suele ocurrir, habla el líder y los demás lo siguen. En la Feria de Almería, Moreno destacó los valores de «trabajo», «escucha» y «solución de problemas de los ciudadanos» de su formación, «sin insultos y con soluciones», pues los datos demuestran que le va mejor en ese papel para fraguar esa «mayoría social».
Han sido un aldabonazo decisivo las palabras de Elías Bendodo, calificando de «pirómana» a Virginia Barcones, la directora de Protección Civil. Pasada de frenada, entienden en el partido, que valoran su vehemencia y pasión pero aquí se excedió. 'No comment', decía el propio Juanma Moreno en Archidona. «Yo no me dedico a comentar las decisiones ni las calificaciones de otros compañeros: cada uno hace sus declaraciones, y yo lo único que hago es respetarlo, pero no las comento». En Andalucía nadie lo ha discutido en público, ni deslegitimado, pero tampoco ha habido apoyo explícito. De nadie. Antonio Repullo, secretario general en la Comunidad, pasó de puntillas sobre estas manifestaciones y se aferró al argumentario bien trazado por el presidente en el Poniente andaluz.
«La política nacional está impregnada de esa tensión y polarización, pero Andalucía es una isla diferente, con estabilidad». Incide en cada sílaba, cada palabra. Esta tierra es el «oasis en el que queremos seguir estando»
Construcción de una mayoría social
El Partido Popular siempre ha temido que, ante las urnas, el votante se desligue de su capacidad racional y se deje arrastrar por sus emociones, por los instintos, por la rabia que es más fácil volcar contra el que manda. Son sólo siete años de Gobierno frente a los 36 de mandato socialista y por eso se insiste tanto en la necesidad de crear «una mayoría social».
De construir un suelo amplio que hasta hace poco era muy reducido. Por ello se huye de la confrontación directa, del intercambio grueso de insultos y descalificaciones, que en los actuales términos no le va a beneficiar y puede perjudicarle. Hasta se ha prescindido de esa figura más agresiva como era el propio Bendodo en la primera legislatura, optando por un perfil más técnico e institucional como es el de Antonio Sanz.
Y no lo va a tener fácil porque desde la marcha de Juan Espadas y la entronización de María Jesús Montero se ha palpado un brusco giro en la manera de hacer oposición de los socialistas. El PP ya denunció en julio esa estrategia para reventar los Plenos del Parlamento, urdida desde la calle Ferraz.
El PSOE aprieta para derribar esa imagen de «moderado» de Juanma Moreno. Es un «suavón» que va «con carita de bueno»; «cínico, hipócrita» que «manda a su equipo, a los matones, a que digan lo que él no dice», apuntó su vicesecretaria general María Márquez. No escatiman en descalificativos, muchos de ellos personales. «Es un presidente indolente, indecente y flojo», sumaba ayer Francisco Cuenca, que lo llamó «turronero» por ir de feria (Málaga) en feria (Almería). Sólo aparece para «lanzar ignominias» y generar «broncas» contra el Gobierno de España y utilizando a «sus adláteres para lanzar ataques permanentes a María Jesús Montero». «La estrategia de el poli bueno, el poli malo, ya no cuela», sentencian.
Un paso más
Los socialistas elevan el tono, aún más, y azuzan el temor de que el Gobierno ha perdido su mayoría absoluta, por eso hace cuentas para intentar entrever cuál es el mejor momento para convocar elecciones. Ya ni entran en los populares en estas pequeñas disputas, agradecidos por el oxígeno que siempre le ofrece el ministro Óscar Puente con sus chascarrillos satíricos e hirientes; y felices por el viaje sin rumbo de María Jesús Montero en ese laberinto donde la ha encerrado el mismo Sánchez.
«La política no va del insulto permanente», insisten. La estrategia ordenada por Montero «no funciona», porque aquí lo que prima es «la gestión, el trabajo e ir por delante» y una «política de cercanía y de escucha». Por ello, más que confrontar, hay que solucionar. «Esto no va de quien hace el chiste más gracioso para salir en el corte de un telediario», sino de «partidos serios, que proyecten una sensación de escucha».
Andalucía quiere aislarse y tener una voz propia entre tanto griterío, pero el ruido se cuela con nitidez por cualquier mínima rendija. No va a ser sencillo bajar el volumen.
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