Andaluces en Onlyfans: la pandemia dispara el número de usuarios que venden sexo desde casa
Expertos aseguran que la mayoría de quienes suben contenido a esta plataforma son chicas muy jóvenes y advierten de los riesgos de compartir imágenes íntimas así como de la presencia de redes de trata de blancas en estas webs
Alberto: «Vendía por Internet fotos de mi cuerpo pero sin enseñar la cara»
Marina, universitaria de 19 años: «Mi cuerpo es mío y hago lo que quiero con él»
¿Qué es OnlyFans y cómo funciona?
Sevilla
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Iniciar sesión«En Onlyfans hay quien gana hasta seis mil euros al mes». Lo cuenta Alberto, un chico de poco más de 20 años de Málaga que ha estado en esta plataforma durante meses vendiendo contenido erótico. «Yo no facturaba tanto, pero es que solo ... ponía vídeos y fotos sin que se me vea la cara, solo el cuerpo y los genitales», explica. «Pero un amigo muy bien dotado sí que factura miles de euros», detalla.
Los expertos advierten, sin embargo, de los riesgos de subir imágenes a este tipo de webs. Avisan de que pueden ser el primer paso hacia la prostitución, de que hay redes de tráfico de blancas al acecho y de que las imágenes y vídeos se filtran y pueden arruinar la vida de quienes, de jóvenes, decidieron compartirlas pensando que no tendría consecuencias. Así lo explica la profesora de Filosofía del Derecho por la Universidad de Granada y directora de un proyecto de investigación sobre el impacto de la sociedad digital en los derechos de las mujeres, Tasia Aránguez.
Onlyfans, una plataforma que está a medio caballo entre red social y web de micromecenazgo permite a los interesados crear un perfil y cobrar por su acceso. La empresa se queda el 20 por ciento de lo que facturen. Luego, cada uno sube el contenido que quiera. Lo que más se paga, reconocen usuarios y quienes venden su cuerpo en esta web, es el contenido más duro. Pornografía amateur. Según datos de la empresa, cuentan con más de 150 millones de usuarios en el mundo. ¿Y en Andalucía? No responden. Pero, por una cuestión de proporción de población, miles. Más aún tras la pandemia, que disparó sus cifras.
Alberto -nombre ficticio porque no quiere que se le reconozca ya que trabaja en el sector del transporte-, llegó a Onlyfans «por aburrimiento», en medio de la crisis del Covid. Encerrado en su casa de Málaga, mirando Twitter, vio una publicación de un conocido que se había abierto cuenta en OnlyFans y promocionaba sus vídeos. «No tenía nada que hacer así que me hice el perfil y empecé a subir fotos. Tenía unos cuantos suscriptores que le pagaban cada mes por tener acceso a sus imágenes. Sus ingresos eran muy discretos, así que lo dejó.
«Yo ponía los vídeos o las fotos que mandaba también por una aplicación para ligar con chicos. Y para que las vieran gratis, mejor que me las paguen», señala. Coincide con él Marina, una joven estudiante universitaria de Granada que tiene perfil en OnlyFans. «Me encanta hacerme fotos y verme guapa. Me gusta mi cuerpo y me siento cómodo con que lo vean. Me hago las fotos sí o sí, así que por lo menos que me den dinero», señala.
En el caso de Marina -nombre también supuesto para preservar su anonimato- ha tenido dos incursiones en OnlyFans. La primera vez se filtraron unas fotos suyas fuera de la plataforma y recibió insultos y acoso en Twitter. «Lo pasé muy mal y lo dejé. Ahora he vuelto porque no voy a dejar de hacer lo que me gusta porque no le guste a unos tíos en Internet. Es mi cuerpo y decido yo», señala.
Esta chica, que no llega a los 20 años, conoció la plataforma porque amigas suyas ya estaba en ella. Y, ya dentro de OnlyFans, ha visto que casi todo el mundo está entre los 20 y los 30 años. Por encima de esa edad, no hay casi nadie. Al menos no que se desnude o cuelgue vídeos de sexo. «Hay gente en OnlyFans que hace otras cosas pero son los menos», explica ella. «Entrenadores personales, cocineras...», detalla. Ninguno de esos perfiles están entre los que más dinero ganan ni por asomo.
Según explican los dueños de OnlyFans en su web, reparten cada año más de 1.500 millones de dólares entre los creadores de contenidos -así se conoce a quienes suben fotos y vídeos- en todo el mundo. Hay quien ha ganado más de un millón en meses. Y quien factura menos de cien. «Depende de lo constante que seas, de lo explícito que sea tu perfil, de lo que te promociones...», señalan quienes están en la red.
¿Qué es OnlyFans y cómo funciona?
Candela VázquezEs una red social que permite el micromecenazgo de contenido adulto y erótico
Este mundo del sexo virtual hecho por personas anónimas, no por actores profesionales eróticos, se disparó durante la pandemia. Lo certifican en la misma web. Su crecimiento desde la llegada del Covid ha sido del 553 por ciento en beneficios. Y en millones de nuevas cuentas. «Hay modelos de pasarela o fotos que, por culpa de la pandemia, perdieron el trabajo. No había desfiles ni campañas. Y se metieron en esto», explica un usuario de la red de Sevilla. «Alguno gana más ahora y se ha quedado, ya solo vive del contenido pornográfico que genera en OnlyFans», añade.
Dinero rápido y fácil. ¿Rápido? ¿Fácil? Los testimonios desmienten ambas ideas. Hay que dedicar mucho tiempo para producir contenido que la gente pague. Hay que grabar, producir, montar, editar... Y luego promocionar en redes para atraer a los clientes. Nada de rápido. Y, desde luego, no es fácil. Lo subraya Tasia Aránguez: «Te pueden robar las imágenes y que luego aparezcan en foros o páginas pornográficas; puedes recibir presión para que acabes teniendo citas con hombres para tener sexo; puedes acabar en una red de trata de blancas...».
La receta para el éxito de las webs donde los andaluces venden imágenes y vídeos íntimos tiene varios ingredientes. El primero es, como se ha señalado, la crisis sanitaria. Muchas horas de ocio encerrados en casa. Pérdida de ingresos. Luego está el hecho de que OnlyFans y plataformas parecidas dan una «sensación de falsa seguridad», explica Aránguez. «Parece que no pasa nada porque no hay contacto físico con nadie. Pero no siempre es el caso, advierte.
«Hay personas que, desde su perfil, subastan sexo al mejor postor. O que aceptan propinas dentro de la plataforma para enseñar más o mostrar actos más arriesgados» señala. Aránguez, muy crítica con OnlyFans, señala que es una web donde se dan casos de prostitución clásica. «Usan palabras clave para que solo quienes las sepan las encuentren». Además, critica la edad de quienes están en estas webs. «Son siempre chicas muy jóvenes», señala, que «llegan a este mundo en algunos casos porque estaban ya subiendo fotos sexis a redes sociales generalistas.
Para esta experta en el impacto de las redes en las mujeres, son esas plataformas más conocidas las que funcionan de «puerta de entrada a OnlyFans». Pero, ¿por qué acaba una joven en estos espacios? ¿Por qué esa necesidad de enseñar su cuerpo? ¿Qué ha cambiado con las nuevas generaciones? Las chicas jóvenes, explica, ven que sus referentes usan su cuerpo y el sexo como reclamo, como mercancía, y las imitan en fotos que, a priori, no tienen peligro. Las comparten con sus amigos en las redes pero en ese ámbito también hay quien las anima a pasarse a plataformas de pago.
«No tiene porqué ser un chico el se lo diga, también lo hacen amigas», señalan los expertos. Les dicen que si van a subir fotos, «por lo menos que le saquen dinero». También «está el caso de quienes ven que si no acceden acaban siendo consideradas mojigatas», algo de lo que huyen siendo tan jóvenes, añade Aránguez.
¿Empoderadas?
«Las chicas creen que consiguen empoderarse enseñando el culo en Internet», señala esta doctora en Derecho. «Durante años de represión a la mujer se nos ha enseñado que el sexo para nosotras está mal y ahora nos dicen que la libertad está en lo contrario. Pero no, lo que hacen esas chicas es siempre lo que un hombre quiere. Es un hombre el que te juzga o te paga», indica.
No está de acuerdo Marina. Ella, a sus 19 años, defiende que su cuerpo es suyo y hace lo que quiere. «Me gusta enseñarlo, lo hacía ya en otras redes», explica. De hecho, cuenta que sus amigos saben todos a lo que se dedica. Incluso sus padres están al tanto. «Los únicos que no lo saben son los mayores de mi familia, son de otra generación y no lo iban a entender», se disculpa. También lo sabe su novio, que la anima y hasta le propone ideas para su perfil.
Ella tampoco ha notado que dentro de OnlyFans haya un comportamiento abusivo. Al contrario: «Cuando te mandan mensajes privados son muy respetuosos, más que la gente de la calle, que te habla de cualquier manera». Marina asegura que, por ahora, no va a parar. La estadística, sin embargo, dice que vive en una carrera contrarreloj. A más joven, más dinero. Lo certifica Tasia Aránguez, quien indica que los algoritmos en Internet castigan la edad y la invisibiliza. Y eso arruina a quien se dedica a subir contenido para que otros paguen por verlo.
Para Marina, tampoco existe el peligro de llegar a la prostitución por OnlyFans. «No tiene nada que ver», explica. De hecho, para ella, «parte del éxito de estos sitios está justo en que no corres riesgo».
Aránguez es mucho más dura y recuerda que esta plataforma es una comercialización del cuerpo, señala que hay redes de captación de chicas jóvenes para que se unan y habla de que hay casos donde se han detectado menores de edad en la plataforma. Y subraya un dato revelador: mientras que en los casos de prostitución hay una relación directa entre clase social y ejercicio, en OnlyFans, no: «Hay chicas de clase media, que no tienen necesidades de dinero», advierte.
Este periódico se puso en contacto con OnlyFans para recabar su versión pero no obtuvo respuesta.
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