Almería, en el radar de Europa para la extracción de minerales claves para el futuro

Así lo afirma Concepción Fernández-Leyva, jefa de la Unidad Territorial del IGME-CSIC en Granada, quien subraya que «sin lugar a dudas, el territorio andaluz tiene un gran potencial en recursos minerales en general, y de minerales críticos en particular». Dentro del grupo de minerales críticos, las 'tierras raras' ocupan un lugar destacado.

A pesar de su nombre, no son escasos en la corteza terrestre, pero su extracción y procesamiento son complejos y costosos. Son indispensables para la fabricación de imanes permanentes de alta potencia, utilizados en una amplia gama de aplicaciones, desde motores eléctricos hasta equipos médicos. «Tenemos algo que nos indica que las hay, que están ahí, pero ahora es el momento de estudiar el potencial que tienen estas tierras raras, si forman minerales propios en qué materiales geológicos está, cual podría ser el área fuente…», añade Fernández-Leyva.

La Consejería de Industria, Energía y Minas de la Junta de Andalucía y el Instituto Geológico y Minero de España (IGME) han elaborado un mapa de los minerales críticos existentes en el territorio andaluz. Según este mapa, en la comunidad hay 1.993 «indicios» que señalan la posible presencia de minerales críticos y tierras raras.

«Almería presenta un alto potencial en fluorita, barita, cobalto y antimonio, porque han sido antiguas minas, hoy cerradas, pero que al calor de la gran demanda que podría tener estas sustancias, podrían jugar un papel como suministradoras reevaluando las reservas y la viabilidad y la sostenibilidad de su puesta en marcha», indica la jefa de la Unidad Territorial del IGME-CSIC en Granada.

De esta manera se señalan litio y cobalto en El Arteal en Sierra Almagrera, titanio en Huércal-Overa, antimonio en Antas y Albox, o barita en Alcolea, Turrillas, Dalías y Cuevas del Almanzora. Los expertos creen que habría que analizar qué porcentaje de material hay estas ubicaciones para evaluar si sería rentable o no ponerlas en funcionamiento.

El caso del litio es aún más concreto. «En Cuevas de Almanzora, en la antigua mina de El Arteal, se identificó tiempo atrás un acuífero geotermal con altas concentraciones de este metal. Actualmente, esta zona está siendo estudiada dentro de un proyecto europeo liderado por el CSIC que busca localizar salmueras ricas en litio y otros minerales críticos. Si los análisis de caracterización confirman el potencial, se abriría la puerta a una futura explotación», concluye Fernández-Leyva.

La minería ha dejado una huella imborrable en la provincia. Tres son los principales centros que se construyeron en torno a la extracción subterránea. En la Sierra de los Filabres todavía quedan recuerdos de Las Menas, aquí se extrajo hierro desde finales del siglo XVIII hasta 1968. Llegaron a trabajar 2.900 personas y en su máximo esplendor el poblado contaba con servicios como hospital colegio y una iglesia.

En el pueblo de Rodalquilar, dentro del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, se ubica un poblado minero que está enclavado en un valle de inusual belleza. El descubrimiento de oro en este enclave se produjo por casualidad en 1864, a partir de 1956 se procesaron unas 600 toneladas diarias de este mineral procedente de las canteras del Cerro Cinto. La actividad cesó en 1966 debido al agotamiento de los filones. Rodalquilar llegó a tener 1.345 habitantes, pero con el cierre de las minas pasó a contar con tan solo 79 vecinos en 1986.

En el término municipal de Cuevas del Almanzora, muy cerca de Las Herrerías, se encuentran las instalaciones mineras El Arteal. El conjunto industrial se ubica al pie de la Sierra Almagrera y forma parte del legado de la actividad que se desarrolló en la zona hasta finales de los años 50. El poblado minero se compone de un total de 20 bloques de viviendas colectivas, distribuidos en tres filas, escuelas y economato. Aquí llegaron a trabajar 900 personas, incluso contaron con un cine, economato, hospital y un colegio.