Lorenzo del Río denuncia que la Justicia funciona igual que hace 180 años

Los mensajes de los profesionales sobre el funcionamiento de la Justicia en Andalucía son harto conocidos y reflejan idénticos problemas de años anteriores. «Es una eterna asignatura pendiente , que debe ser tratada como cuestión de Estado, sigue con una problemática histórica conocida: exceso de litigiosidad, deficiencias organizativas, de gestión de personal, tecnológicas, dispersión de sedes, arcaica legislación», expresa la memoria que alerta de algunas estadísticas preocupantes como el porcentaje de suspensiones de juicios y vistas, entorno al 25 por ciento, o el número de asuntos pendientes que sumaban a 31 de diciembre de 2014 un total de 455.930 expedientes.

Preocupa igualmente la estructura organizativa de un sistema «que funciona igual que hace 180 años» basado en la fragmentada organización de partidos judiciales al margen de la realidad española, en lugar de abordar una organización del trabajo colegiado y compartido que permita una mejor gestión y aprovechamiento de los recursos.

El hecho de que no se haya conseguido implantar en Andalucía la nueva Oficina Judicial es otra de las carencias que denuncia el presidente del TSJA que recuerda que la sala de gobierno ha exteriorizado el apoyo y colaboración a ese proyecto porque considera que puede resultar positivo . Y ello enlaza con que tampoco se ha iniciado el nuevo modelo organizativo en las audiencias provinciales pese que así lo sugirieron ya en 2010.

La falta de avance en la implantación de la nueva Oficina Judicial se agrava porque sigue paralizada la modificación de plantillas y reordenación de efectivos personales. Y ello impide romper con «una rígida estructura de trabajo y gestión personal» y funcionar con criterios de agilidad, eficacia, eficiencia, racionalización y, responsabilidad».

Tampoco mejora la gestión de las medidas de apoyo judicial y refuerzo en órganos sobrecargados o mal dimensionados ya que no está dando los frutos deseados la adscripción de jueces de refuerzo porque no vienen acompañados de funcionarios para posibilitar una mayor tramitación de asuntos, celebración de juicios y vistas.

Por ello el presidente del TSJAanunciaba que para este año 2015 se va a iniciar un plan de choque con jueces de refuerzo en algunos partidos judiciales pero recordaba que, para ser efectivo, «exigirá una mejor respuesta de la que se obtiene muchas veces de la administración prestacional» en clara referencia a la necesidad de mayor colaboración de la Junta de Andalucía que tiene las competencias en materia de funcionarios.

La memoria del TSJA también tiene un punto de autocrítica cuando Lorenzo del Río en referencia al a la falta de racionalización del ámbito de la justicia penal reconoce su «exasperante lentitud» en múltiples asuntos que atribuye a la legislación procesal. Según detalla, el proceso avanza a un ritmo «desesperadamente lento, incompatible con las exigencias de celeridad y eficacia», lo que ocasiona gran insatisfacción entre los ciudadanos y entre los jueces «que se ven atrapados en un laberinto del que les resulta difícil salir» . «Cada memoria judicial lo repetimos: la justicia tiene que ser rápida para ser justa», dice. Además de resaltar que no se ha avanzado en la mediación penal y que no se consigue mejorar la actuación procesal sobre sentencias de conformidad, recuerda que sigue pendiente la justicia digital. En este sentido, insiste en que no se ha acabado el desfase existente entre el funcionamiento de los tribunales y otras áreas de la administración. De hecho, del Río recalca que la Justicia sigue «muy burocratizada y apegada al papel» por lo que aboga por la plena transmisión telemática de comunicaciones y notificaciones en todas las jurisdicciones y órganos.

La radiografía de los juzgados es, según el presidente del TSJA, la de « un esqueleto dañado por la crisis en la que impagos de deudas, cláusulas suelos, desahucios, reforma laboral, concursos de acreedores... etc constituyen todavía los asuntos estrella de los tribunales».