Las «perlas» de Moreno Bonilla en el congreso del PP: «¡Estoy como una moto!»

Durante el Congreso, Moreno Bonilla ha estado en todo momento arropado por sus compañeros tanto del PP andaluz como del Gobierno Central. Recibió elogios, calurosas bienvenidas y el aplauso de todo el auditorio por cada punto y aparte de sus discursos –tanto en el previo como en el posterior a su nombramiento–. Pero la primera sorpresa no fue la de su nuevo cargo, algo que estaba más que previsto puesto que era la única candidatura presentada, sino el vídeo reportaje que proyectaron antes de su intervención este domingo –o al menos eso dijo, que fue «una sorpresa muy emocionante»–.

En él se mostraban imágenes de la vida de Juan Manuel Moreno a la vez que él mismo narraba como «voz en off» resumidamente su vida y su implicación en el PP desde hace veinte años. El contenido de ese vídeo en momentos de nerviosismo y emoción, como los vividos estos días por Moreno, era una bomba de relojería. La lágrima era más que previsible… «A ver quién es el guapo que habla después de ver el vídeo», dijo con toda la naturalidad del mundo. 

Sus primeras palabras como presidente del PP andaluz, dirigiéndose al respetable, fueron para agradecer a Mariano Rajoy su «compromiso con Andalucía», y a Juan Ignacio Zoido y José Luis Sanz, el presidente y el secretario general del PP-A salientes, el trabajo realizado durante este año y medio en la Comunidad. Sin embargo, con la tercera mención no pudo controlar la emoción. Fueron «las mujeres de su vida» presentes en el auditorio: su madre, sus hermanas y su mujer Manuela, las «culpables» de sacar el lado más sentimental de Moreno Bonilla… Y la lágrima apareció.

Se recompuso fácilmente y continuó su discurso. Cogió carrerilla y desgranó uno a uno los puntos fuertes de su programa: empleo, economía, infraestructuras, turismo, políticas sociales, sin olvidar su objetivo de cara a las próximas elecciones autonómicas y su rival en esa meta, Susana Díaz. Aunque Moreno Bonilla nació en Barcelona, la mayor parte de su vida la ha pasado en Málaga, y esa cercanía con el mar puede que le llevase a hacer un símil que arrancó la sonrisa a más de uno en el auditorio. «Nuestra capitana del barco (Susana Díaz) ya se ha puesto el chaleco salvavidas y puede que ya nos haya dejado solos en el barco (…). Pero Mariano Rajoy sí ha sabido dirigir el barco a buen puerto, porque los números no engañan», afirmó.

¡Avante toda!, por aquello de continuar con la terminología marítima. Moreno Bonilla prosiguió su discurso con un tempo cada vez más veloz. A medida que se adentraba en materia de políticas sociales, como secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad que ha sido hasta ahora, iba echando más carbón a la máquina, que se engrasaba, cogiendo cada vez más fuerza y velocidad. Él mismo lo reconoció casi al finalizar su intervención: «Estoy desde las seis de la mañana como una moto por los nervios».

Por eso, y pensando en si podía haber perdido el control en algún que otro momento del discurso, pidió lo siguiente a los compromisarios que le habían dado su confianza: «Permitidme alguna licencia, que soy novato y algún error puedo cometer». Y con esa naturalidad y cercanía que ha mostrado durante los dos días de Congreso, se despidió.