Los piratas piden «una gran suma de dinero» porque el barco es nuevo

Los piratas somalíes que han secuestrado el pesquero español «Alakrana» ya han pedido «una gran suma de dinero», según señalaron fuentes de la investigación que no quisieron precisar la cifra, pero sí aseguraron que sería más alta que la exigida en abril de 2008 por el «Playa de Bakio» -en aquella ocasión se habló de un millón de euros-, pues el «Alakrana» es un buque nuevo, que fue botado hace tres años con un coste de 30 millones.

Las emisoras de radio de Seychelles hablan de que hay trece piratas a bordo del pesquero español, pero el Ministerio de Defensa no confirmó ayer este dato por razones de seguridad. De hecho, el anuncio a bombo y platillo del arresto de dos piratas el pasado sábado, cuando huían hacia tierra, causó ayer cierta intranquilidad entre los marineros españoles de Victoria, la capital de Seychelles, pues temían que la detención irritara a los piratas y empeorara la situación de los rehenes. No obstante, expertos consultados en Kenia, explicaron que el arresto también podría ser interpretado como una señal de fuerza ante los piratas y que ello facilite el desenlace.

Contactos con Somalia

En el campo diplomático el ministro de Asuntos Exteriores mantiene contactos con el Gobierno de Somalia, que le ha asegurado su plena colaboración. No obstante, se trata de un país destrozado por la guerra civil desde 1991, que está fragmentado en zonas de poder de distintos bandos y en el que las autoridades apenas controlan el territorio.

Gran parte de los marineros españoles en Seychelles no se mostraban ayer conformes con la actuación de la ministra de Defensa. Aseguran que la zona de seguridad se aceptó porque era mejor que nada, pero recuerdan que las compañías ya advirtieron de que no era suficiente.

En el puerto de Victoria miran con envidia a los franceses: tienen sólo nueve barcos, frente a los 26 españoles, pero disponen de todo un edificio a pie de puerto, incluida una oficina militar perfectamente equipada. Es decir, hay soldados permanentemente destacados en el lugar. «Nosotros nos sentimos seguros, claro, y no entiendo muy bien lo de los españoles, pues para España este mercado es muy importante y para nosotros mucho menos», comentaba ayer uno de los empleados franceses.