Más de medio centenar de víctimas buscan justicia en el caso Villarejo

Los clientes del comisario y su red de protección, en el foco de los perjudicados

José Manuel Villarejo, tras declarar ante el juez por primera vez en libertad Ignacio Gil

«Yo contra este señor no tengo nada. Cumplía unas órdenes de gente que supuestamente sabía que estaba utilizando su puesto y su estatus para espiarme. Para mí, la que realmente comete el delito es la que le contrata. Él no me espía porque ... se le ocurra ».

Habla el arquitecto Joaquín Torres , a quien una maniobra de intoxicación informativa hundió la vida y la reputación durante un tiempo y que el 13 de diciembre se verá las caras en un juicio con el comisario jubilado José Manuel Villarejo y con Susana García Cereceda, la persona que le contrató para conseguir argumentos en la disputa de una herencia millonaria.

Como él, constan más de medio centenar de perjudicados en 15 piezas vivas de la macrocausa Tándem, que investiga a Villarejo por liderar un «clan policial mafioso» con el que amasó 23,5 millones de euros en apenas una década a golpe de encargos de empresas y particulares. La clave, que podía ofrecer información de carácter reservado fruto de sus conexiones en la Policía. Estaba en activo.

Sus trabajos, en palabras del instructor, implicaron «una reiterada injerencia en los derechos fundamentales» de sus investigados. Estos son más del doble de quienes ejercen la acusación en la Audiencia Nacional, de acuerdo a los datos recogidos por ABC. No todos dan el paso.

Un ejemplo. En la pieza Iron, que irá igualmente a juicio en diciembre, consta que el comisario habría recogido información de forma ilícita sobre una decena de personas, pero son cuatro los que, finalmente, ejercen acusación. En la del BBVA hay más de una veintena de supuestos espiados y en Saving se han identificado 16, aunque está por ver cuántos acusan. Este esquema se repite en toda la causa, entre otras cosas, porque el daño infligido varía: de la mera revelación de secretos a la difamación mediante intoxicaciones, pasando por el intento de extorsión.

Elisa Pinto, dermatóloga en Madrid, es de las que pidió acusar en la Audiencia Nacional y tiene su propia pieza separada, mientras espera fecha de juicio en Madrid contra Villarejo por acoso y agresión . En el Juzgado Central 6 se investiga si fue un encargo del empresario Javier López Madrid y a cambio de qué. La defensa de ella, tras años litigando, reclama que se investigue si el comisario tuvo complicidades para enterrar aquel asunto.

Fabricar un escándalo

También hay casos de víctimas por partida doble, como Luis del Rivero, el expresidente de Sacyr , que, de acuerdo a la investigación, estuvo en el punto de mira por un encargo del BBVA y también por otro de Repsol y Caixabank. El objetivo era revertir una decisión empresarial en beneficio del cliente y, según los informes que elevaba Villarejo, desplegó hasta motoristas en los seguimientos. El expresidente de Endesa, Manuel Pizarro , lo que constató es que le seguía un coche. Sus escoltas llegaron a intervenir. Pensaba que eran agentes que se estaban extralimitando. Con el caso Villarejo, descubrió que era un objetivo.

El presidente de ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez , habría pasado también por esa mirilla y por cuenta de Iberdrola. Se investiga si aquel encargo se materializó para frustrar su avance en la eléctrica. Según los audios de la causa, se trataba de encontrar algo turbio y si no lo había, propiciarlo. Lo habrían intentado con él, como también con el exministro Miguel Sebastián, que en 2005 dirigía la Oficina Económica de Moncloa y al que planeaban presionar creando un falso escándalo sexual.

Mención aparte, los encargos que involucraron a otros policías, más allá del acceso a datos privados. El presidente de Ausbanc, Luis Pineda, está siendo juzgado en la Audiencia Nacional por extorsión en una causa que arrancó con una denuncia anónima en la que habría mediado Villarejo. Se parece a la situación del empresario Javier Pérez Dolset, fundador del Grupo Zed, que está imputado por la insolvencia de la compañía y a la vez, consta como víctima de un encargo para derribar la empresa.

Igual que Pineda, Pérez Dolset espera que ahora que está libre, Villarejo diga «toda la verdad» porque «más responsables que él son quienes le contrataron y los mandos que lo permitieron durante treinta años». Otras víctimas coinciden: Villarejo estaría en la cloaca, pero las responsabilidades de cuanto hizo y deshizo llegan mucho más arriba .

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