El juicio al etarra «Capullo», un hito contra la impunidad
Asesinó, huyó a América y se instaló después en Francia, donde saboreó una impunidad opulenta como empresario hasta que en 2004 fue detenido en Hendaya a raíz de una investigación sobre el blanqueo de dinero de ETA. Fue entonces cuando se comprobó que José Antonio ... Zurutuza, alias «Capullo», estaba además reclamado por la Justicia española como presunto autor de cinco asesinatos cometidos a principios de los ochenta. Pese a ello, el etarra respiró tranquilo, convencido de que, al tener nacionalidad gala por su matrimonio con una francesa, sus crímenes se considerarían prescritos, pues en el vecino país estos delitos expiran a los quince años.
Pero no se irá de rositas, como creía cuando se paseaba sin pudor por las marisquerías del País Vasco francés. Al menos tendrá que pagar por los dos asesinatos por los que hoy se le juzga en la Audiencia Nacional, el del delegado de Telefónica en Guipúzcoa Enrique Cuesta y el de su escolta Antonio Gómez, cometidos en San Sebastián en 1982. Cristina Cuesta, hija de Enrique y portavoz del colectivo de víctimas del terrorismo Covite, explica lo larga que ha sido su lucha para lograr que a «Capullo» se le aplique la prescripción española (veinte años), y no la francesa de quince. «Es un hito -dice- que sienta precedente y para el cual tuvimos que llegar hasta el más alto tribunal francés. Y aun así lo logramos por los pelos, gracias a que la prescripción no se mide desde el momento de la comisión del delito, sino desde que se deja de investigar. El caso es que «Capullo» ya no se reirá más de la Justicia».
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