La Guardia Civil no halla ni un dato que avale la salida de España de las niñas canarias
Las consultas a agregados de Interior en Marruecos y otros países han sido negativas y no se han encontrado ni cómplices del padre ni extracciones de dinero
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Iniciar sesiónDieciséis días sin noticias son malas noticias en cualquier desaparición. Anna y Olivia, las niñas secuestradas por su padre en Tenerife, no han salido de España. La Guardia Civil no ha hallado hasta el momento ni un solo dato que avale lo contrario ... pese a las teorías sobre supuestos barcos que las habrían recogido, cómplices y pagos. La orden internacional de búsqueda se dictó a los tres días sin ningún resultado positivo dos semanas después. El entorno de Tomás Gimeno, el padre, ha sido sometido a una estrecha vigilancia y tampoco se ha encontrado a ningún cómplice que le hubiera podido ayudar. Los agregados de Interior repartidos en países del entorno como Marruecos también se han topado con un muro de silencio.
Ni las cámaras escudriñadas en calles y puertos, ni las cuentas corrientes ni los registros han ayudado hasta ahora a sustentar esa posible fuga de Gimeno con sus hijas a otro lugar. En los registros de las viviendas que se han llevado a cabo tampoco ha habido más suerte. En uno de los últimos, los investigadores se afanaron -tras hablar con la madre- en concretar si Gimeno se pudo llevar ropa y enseres de las pequeñas. A los agentes de Policía Judicial de la Guardia Civil de Tenerife y los expertos tecnológicos de la UCO se sumaron los miembros de los equipos ECO (contra el Crimen Organizado) que han peinado la isla en busca de un hilo del que tirar, un testigo o una posible confidencia del padre, y han recogido decenas de imágenes.
Con estas gestiones infructuosas, los ojos de los investigadores siguen puestos en el mar, conscientes de la titánica dificultad de la búsqueda. «Recurriremos a los medios que haga falta pero es imprescindible centrar una zona y aun así es complejísimo» , aseguran fuentes del caso. La Sección de Homicidios y Desaparecidos de la UCO, expertos en los casos más complejos, asesoran a sus compañeros de Tenerife en la investigación. Nadie admite que se van cerrando puertas porque aún queda mucho trabajo tecnológico pendiente, pero sí ven con preocupación el paso de los días.
Peleas y amenazas
Beatriz Zimmerman, la madre de Anna y Olivia, continúa enviando mensajes de esperanza y escudándose en que su expareja «adora a las niñas» y sería incapaz de hacerles daño. Sin embargo, ella conoce de primera mano el carácter impulsivo y temperamental de Gimeno, de quien se separó el año pasado y que ya la había amenazado en varias ocasiones ; la última la misma noche de la desaparición de sus hijas cuando le dijo que no iba a volver a ver jamás a las niñas ni a él.
En la última conversación que mantuvieron después de que él zarpara de la Marina de Santa Cruz a las 23.30, la madre no escuchó en ningún momento a sus hijas. Tampoco antes. Según las pesquisas a esa hora Gimeno ya se había deshecho de los petates y enseres que cargó en su lancha a las 21.30 cuando se hizo a la mar la primera vez.
El pasado agosto hirió a la nueva pareja de Beatriz, que había sido el jefe de ella, un belga de 60 años, cuya relación Gimeno se negaba a aceptar. Los sorprendió en el aparcamiento de una cafetería de la isla y Gimeno comenzó a golpear a Eric D. Beatriz trató de mediar y separarlos. Según los testigos, él la tiró al suelo y la arrastró. Ninguno quiso formalizar denuncia ante la Guardia Civil. Tampoco en diciembre, cuando la madre de las niñas acudió al cuartel a contar las amenazas que sufría por parte de su ex pero no denunció. Aun así los agentes activaron el protocolo de violencia de género. En marzo les aseguró que las amenazas no se habían vuelto a repetir. Y en todas las ocasiones dijo a los agentes que no quería perjudicar a Gimeno.
El hombre más buscado arrastra un historial de trifulcas y antecedentes en los últimos ocho años. En 2013 tuvo un accidente de tráfico y se negó a someterse a la prueba de alcoholemia (los agentes advirtieron de que iba bajo los efectos de alcohol o drogas). En 2017 lo absolvieron. En 2015 y 2017 protagonizó sendas peleas con familiares (dos tíos suyos) en las que estos le denunciaron por intento de agresión y amenazas. En la primera fue detenido, aunque la denuncia se archivó; en la segunda fue absuelto.
El entorno de la expareja reconoce que él no aceptó la separación decidida por Beatriz. Gimeno se lamentaba porque no quería que a sus hijas «las criara un viejo», en referencia a Eric. Ahora ha trascendido que fue más allá, corroído por los celos, y en julio pasado contrató a una detective para que espiara a la madre de sus hijas , según informó «Antena3». El informe también está en poder de los investigadores.
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