CUENTAS SIN CUENTOS
Adiós al carbón, el petróleo y el gas... largo me lo fiais
Aunque a algunos les parece demasiado vago, el acuerdo firmado por 200 países en la Cumbre del Clima en Dubai habla por primera vez del fin del uso de los combustibles fósiles. La tecnología y la conciencia cada vez mayor de la sociedad juegan como aliados
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Iniciar sesiónLas malas perspectivas que tenía la cumbre del clima, celebrada en Dubai, uno de los principales productores de petróleo, no impidieron llegar finalmente a un acuerdo que los medios de comunicación hemos tildado de histórico, para empezar la cuenta atrás del adiós definitivo a ... los combustibles fósiles. Y ello a pesar de la paradoja de que el evento mundial más importante en la lucha contra el cambio climático estuvo presidido por uno de los máximos responsables de la industria petrolera y gasística de Emiratos Árabes Unidos, el sultán Al Jaber, consejero delegado de la petrolera estatal emiratí Adnoc. De hecho, en plena cumbre se desató la polémica por unas declaraciones del sultán en las que aseguraba que «no hay ciencia» que sustente la afirmación de que «la eliminación progresiva de los combustibles fósiles es lo que permitirá alcanzar los 1,5°C», en referencia al objetivo que establece el Acuerdo de París. «Por favor, ayúdenme, muéstrenme la hoja de ruta para una eliminación gradual de los combustibles fósiles que permitirá un desarrollo socioeconómico sostenible, a menos que quieran llevar al mundo de nuevo a las cavernas», apuntó.
Pese a estas declaraciones y las reticencias sobre el lugar elegido para celebrar la cumbre, lo cierto es que se avanzó más de lo que se esperaba en el compromiso de que en 2050 se alcance el objetivo de cero emisiones netas, un compromiso firmado por nada menos que 200 países. Habrá quien diga aquello de 'largo me lo fiais'..., pero la verdad es que por primera vez se ha conseguido que también los países productores de petróleo, muchos de los cuales están diversificando sus inversiones, hayan accedido a dejar por escrito ese compromiso de acabar con el uso de los combustibles fósiles.
Lo cierto es que no es fácil decir adiós a unos combustibles cuando todavía no están totalmente desarrolladas las tecnologías que permitan sustituirlos, y lo cierto es que los países más ricos, que nos hemos estado aprovechando durante decenas de años de estos combustibles, no podemos exigirles a los que vienen detrás que frenen su desarrollo porque contaminan mucho. Lo que podemos y debemos hacer es darles acceso a las nuevas tecnologías que les permitan seguir desarrollándose con menos emisiones.
Durante años el desarrollo y la búsqueda de energías alternativas ha estado, sin duda, paralizado porque económicamente no interesaba. Para los países productores de petróleo decir adiós a la gallina de los huevos de oro no era una opción. Y para la mayoría de los países desarrollados lo importante era lograr la energía más barata, pese a que eso supusiera depender de otros países, y si no, que se lo digan a Alemania, que jugó todas sus cartas al gas ruso, y ahora está pagando las consecuencias.
Avanzamos, por tanto, hacia esa transición energética, quizás no al ritmo suficiente, pero sí con una concienciación cada vez mayor de buena parte de la sociedad, que no queremos volver a las cavernas, ni dejar de viajar o de producir, pero sí estamos dispuestos a reciclar, y a cambiar hábitos para no desperdiciar la energía. Juega también a favor de esta lucha contra el cambio climático el desarrollo tecnológico, que puede ayudarnos a desarrollar energías alternativas más limpias... con la mayor esperanza puesta en la fusión nuclear. Y mientras ésta se desarrolla, la energía eólica, la solar y también las centrales nucleares nos ayudarán a reducir emisiones, pese a los prejuicios de algunos. Y los políticos y los empresarios son, por último, quienes más pueden y deben empujar para avanzar en esa lucha contra el cambio climático, y el pacto de la COP-28 es un buen punto de partida.
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