La Cumbre del Clima acuerda iniciar la senda hacia el abandono de los combustibles fósiles
Los casi 200 países presentes en las negociaciones terminan un acuerdo «histórico» que también incluye un compromiso para triplicar renovables a 2030
El 'experimento' Al-Jaber: el magnate del petróleo que dirige las negociaciones climáticas

Hay una palabra que se ha repetido en el cierre de la Cumbre del Clima de Dubái:«histórico». Casi 200 países reconocieron la necesidad de hacer una «transición» para dejar atrás los combustibles fósiles en los sistemas energéticos. Con ello, por primera vez en 28 ediciones de este encuentro, se ha admitido explícitamente la necesidad de acabar con el petróleo, el gas y el carbón, cuya quema es la principal contribuyente al calentamiento global de origen antropogénico. Es «el principio del fin» de estas fuentes de energía, proclamó Simon Stiell, jefe de la agencia de la ONU Cambio Climático.
No fue sido un acuerdo fácil, alcanzado en una cumbre presidida por un país productor de petróleo como es Emiratos Árabes y donde todos han tenido que ceder algo. «Muchos dijeron que esto no se podía hacer», recordó el presidente de la COP28, Sultán Al Jaber ante el plenario, justo después de aprobar el acuerdo.
El emiratí fue muy cuestionado al inicio de la cumbre, al ostentar la presidencia de la compañía nacional de petróleo de Abu Dabi y las dudas sobre un posible conflicto de intereses. Pero ha cerrado un acuerdo que hasta ahora no había logrado nadie y que ha contado con el visto bueno de Arabia Saudí. Se trata, dijo, de un acuerdo «histórico», que ofrece un «plan sólido» para mantener la temperatura global del planeta en 1,5°C, un umbral a partir del cual los impactos del cambio climático se multiplican.
La ciencia dice que después de esta década, limitar la temperatura global en este umbral no será posible. Por este motivo, el texto final «reconoce» la necesidad de hacer reducciones profundas, rápidas y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero, que deben llegar a caer un 43% en 2030 para mantener el umbral de 1,5º. Y pide a las partes que contribuyan en la medida de sus posibilidades, de sus circunstancias y de sus propia hoja de ruta a lograrlo.
Literalmente el texto no habla de «eliminar gradualmente» o «reducir» los combustibles fósiles, como reclamaban las naciones más ambiciosas en una batalla que eclipsó toda la cumbre. Al final, dice el documento, se tratará de «hacer una transición» para dejar atrás estos combustibles fósiles en los sistemas energéticos, que sea «justa, ordenada y equitativa», y que permita alcanzar la neutralidad de carbono en 2050 pero acelerando las acciones en esta década.
Los países europeos interpretan que este lenguaje es equivalente a pactar una eliminación gradual, dijo el ministro del clima danés, Dan Jorgensen. Podría ser «el principio del fin de las energías fósiles», dijo también el comisario europeo Wopke Hoekstra.
No todos los países o actores opinan igual. Algunos de los países más amenazados del mundo por el cambio climático criticaron que es insuficiente. La Alianza de Pequeños Estados Insulares no quiso bloquear el acuerdo, pero dijo que el borrador no logra «la corrección de rumbo que se necesita» y apuntaron a ‘agujeros’ en el texto, por los que las naciones que más se resisten a los cambios podrían escapar.
Listado de opciones
De hecho, la parte central del acuerdo lo que hace es reconocer que el mundo necesita «profundas, rápidas y duraderas reducciones de gases de efecto invernadero», y para ello «pide a las partes que contribuyan» con una lista de acciones climáticas, «de acuerdo a sus circunstancias nacionales».
En esa lista de medidas no sólo está la senda para dejar atrás la energía sustentada en los combustibles fósiles. También se incluye la idea de triplicar la instalación de renovables a 2030 y duplicar la eficiencia energética, por ejemplo. O la aceleración de esfuerzos para «reducir progresivamente» la energía basada en carbón cuyas emisiones no puedan ser capturadas (algo ya incluido en anteriores acuerdos). Esta es, de hecho, la única mención que desgrana una fuente concreta de energía fósil: no aparecen las palabras petróleo o gas por ninguna parte del texto.
Los subsidios a los combustibles fósiles «ineficientes» quedan bajo lupa. También otro gas de efecto invernadero que no es el CO2 pero es muy potente a corto plazo: el metano. Y sobre el transporte en carretera, se pide impulsar la reducción de las emisiones, las infraestructuras y la implementación de vehículos bajos en emisiones.
Nucleares y captura de carbono
Hay más medidas que enumera la COP28, como la aceleración de tecnologías que sean limpias o bajas en carbono, lo que no solo incluye renovables, sino también la nuclear, el hidrógeno de bajas emisiones e incluso tecnologías de reducción y eliminación de CO2, Es decir, finalmente el texto ha respondido también a los llamamiento de los países contrarios al acuerdo, que querían incluir sistemas de captura y almacenamiento de carbono.
«Aunque, por un lado, estamos enviando una señal fuerte, por otro, todavía hay demasiadas lagunas en tecnologías no probadas y caras, como la captura y el almacenamiento de carbono, que los intereses de los combustibles fósiles intentarán utilizar para mantener la energía sucia con respiración asistida», valoró Mohamed Adow, director de Power Shift Africa.
Para Arabia Saudí, que se resistía a centrar el foco en el papel de los combustibles fósiles, el texto es aceptable porque lo que recoge es un ‘menú’ de opciones con las que limitar el calentamiento global a 1,5 grados, e incluye diferentes tecnologías, informa Reuters.
Pero la mención a los combustibles fósiles está ahí, por primera vez. «Finalmente la humanidad ha hecho lo que debía haber hecho 30 años atrás», dijo el comisario europeo Hoekstra. Coincidía la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera: «Es histórico porque pone de manifiesto que lo que hicimos en París funciona, que el multilateralismo funciona, que tenemos una plataforma muy importante desde la que juntos resolver, afrontar los problemas más grandes que afronta la humanidad».
Un mensaje contundente
Los mayores emisores, EE.UU. y China, se mostraron esperanzados, con la confesión por parte del enviado climático del gigante asiático, Xie Zhenhua, de que cuando las conversaciones en Dubái parecían flaquear, propuestas conjuntas de ambos países lograron desbloquear el escenario.
«Un texto tan contundente es motivo de optimismo», valoró el enviado climático de EE.UU., John Kerry, quien reconoció que nadie puede ver sus opiniones reflejadas al 100%, pero que hay un «mensaje contundente» lanzado al mundo. Muchas naciones querían que se incluyera que debe haber un pico de emisiones en 2025, lo que significaría que a partir de esa fecha deben caer. Este enunciado no se vio reflejado. Kerry sí anunció que Estados Unidos y China actualizarán su plan de recortes de emisiones a largo plazo.
Aun así no está todo concluido. «Un acuerdo es tan bueno como lo sea su ejecución. Somos lo que hacemos, no lo que decimos», advirtió Sultán Al Jaber. «Tenemos que adoptar las medidas necesarias para que este acuerdo se traduzca en acciones tangibles».
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