Retrasar un año la edad de jubilación aumenta el riesgo de morir entre los 60 y los 70, alerta Fedea
Pese a que la Seguridad Social ahorraría 3.228 euros por jubilado, la reforma «no es económicamente beneficiosa en el contexto más amplio del bienestar social»
El 'think-tank' propone introducir mecanismos flexibles de jubilación
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Madrid
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Iniciar sesiónRetrasar la jubilación supone un riesgo para la salud. Es una de las principales conclusiones del último informe de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), que asegura que demorar un año la salida del mercado laboral eleva «significativamente» el riesgo de ... morir entre los 60 y los 69 años. En concreto, el estudio apunta que retrasar un año la jubilación eleva un 38% el riesgo de muerte temprana. La situación, señalan, afecta especialmente a aquellos sectores y ocupaciones en las que se requiere condiciones físicas más exigentes y que están sujetas a un mayor nivel de estrés emocional y mental.
El informe se enmarca en un contexto en el que los países de occidente -con una población cada vez más envejecida- se embarcan en una constate reforma del sistema público de pensiones para asegurar la solvencia financiera de la jubilación. Entre las medidas más comunes, recuerdan desde Fedea, se encuentra el aumento de la edad legal de jubilación y el retraso o restricción de la jubilación anticipada mediante el aumento de la edad mínima de acceso a la pensión. En España, desde 2013 la edad legal de retiro se incrementa en un mes por año y desde 2019 en dos meses con el objetivo alcanzar los 67 años en 2027. Las ventajas del retraso para la Seguridad Social son dobles: más población activa que financie las pensiones y el retraso del cobro de la jubilación.
«En un momento en el que la prolongación de las vidas laborales puede ser un instrumento imprescindible para garantizar la sostenibilidad de los sistemas de pensiones, los resultados del estudio apuntan a la necesidad de diseñar con cuidado los detalles de las políticas de jubilación, atendiendo a sus posibles efectos sobre la salud de los trabajadores», aseguran los autores del informe 'Los efectos de retirar la jubilación temprana en la mortalidad'.
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En este sentido, el estudio afirma que el riesgo de mortalidad entre los 60 y los 69 es «mucho menor» entre los trabajadores con acceso a mecanismos de jubilación parcial que les permiten reducir sus horas de trabajo a partir de determinada edad. «Es importante, en particular, tener en cuenta el grado de exigencia física, emocional y mental de las distintas ocupaciones a la hora de fijar las edades mínimas y legales de jubilación, que no pueden ser iguales para todos, así como introducir, con carácter general, mecanismos flexibles de jubilación anticipada y parcial que permitan a los trabajadores modular sus horas de trabajo en la parte final de su carrera laboral», detallan.
El estudio no solo estudia el efecto del retraso de la jubilación en la mortalidad, sino que también incide en qué sectores se ven más afectados y en los beneficios para las arcas de la Seguridad Social.
Los ahorros fiscales no compensan
Tal y como desprende el estudio de Fedea, a pesar de que se generen ganancias fiscales por el retraso de la edad de retiro, los ahorros no compensan la pérdida asociada a la reducción de la esperanza de vida.
En concreto, los datos analizados son los siguientes: «Utilizando el valor de un año de vida ajustado por calidad a los 60 años en España encontramos que un aumento de 0,46 años en la edad al morir se traduce en una pérdida social valorable en 8.564 euros por individuo. Por otro lado, la reforma supone un retraso en la salida del mercado laboral que genera, en promedio, una aportación adicional al sistema de pensiones y unos ingresos fiscales de 1.925 euros. Además, debido a que la reforma conduce a una mortalidad temprana, ahorrando así a la seguridad social 3.228 euros por jubilado en beneficios de pensión. Como resultado, la Seguridad Social obtiene una ganancia fiscal de 5.213 euros gracias a la reforma», explican los autores del informe.
Esto, concluye el estudio, indica que la reforma no es económicamente beneficiosa.
Los sectores más expuestos
Algunos sectores se ven más expuestos en cuanto a accidentes laborales y niveles altos de estrés. Estos, según el 'think-tank' también son los más afectados por la mortalidad temprana.
El informe destaca que los dos sectores con mayor incidencia de accidentes son la industria del agua y saneamiento y la extractiva. Por otro lado, los están sujetos a un mayor nivel de estrés emocional y mental son la hostelería, la sanidad, las actividades administrativas, el sector doméstico y el transporte.
Porcentaje de ciudadanos
que fallecen en cada tramo de edad
Empezaron a trabajar en el 66 y
se podían jubilar a partir de los 60 años
Empezaron a trabajar en el 67 y
se podían jubilar a partir de los 65 años
%
0,05
0,04
0,03
0,02
0,01
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50
55
60
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75
80
85
Edad de fallecimiento
Fuente: Dedea / ABC
Porcentaje de ciudadanos que fallecen
en cada tramo de edad
Empezaron a trabajar en el 66 y
se podían jubilar a partir de los 60 años
Empezaron a trabajar en el 67 y
se podían jubilar a partir de los 65 años
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0,05
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Edad de fallecimiento
Fuente: Dedea / ABC
Un experimento que surge de la reforma del 67
El informe de Fedea se basa en un experimento generado por la reforma española del sistema de pensiones de 1967. Entonces se modificó la edad de jubilación anticipada en función de la fecha en la que los individuos comenzaron a cotizar al sistema de Seguridad Social, endureciendo así el acceso a esta figura para un subconjunto de cohortes de trabajadores.
En concreto, dicha reforma establecía que aquellos que comenzaron a cotizar antes del 1 de enero de 1967 podían jubilarse voluntariamente a partir de los 60 años, mientras que el resto, con algunas excepciones, tenían que esperar hasta los 65 años. Así, tras estudiar los efectos de la medida, los autores observan un incremento en la proporción de muertes entre los 60 y los 65 años para los que se vieron afectados por la reforma.
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