Djokovic activa el modo intratable y con récord en Roland Garros

Pero ante Juan Pablo Varillas, 27 años y 94 del mundo, Djokovic se mostró en todo su esplendor. A pesar del viento, del calor. Era el Djokovic del modo avión, activado y suelto, en cuartos de final sin despeinarse. Y con otro récord para el zurrón. Se clasifica para los cuartos de final de Roland Garros por decimoséptima ocasión, catorce consecutivas, y supera a Nadal, que llevaba 16.

Varillas, lo dicho, no era Nadal ni Bautista ni Davidovich. Es un jugador voluntarioso, nada que objetar a su tenis pulcro y a sus grandes victorias en este Roland Garros: Bautista por 1-6, 4-6, 6-3, 6-1 y 6-1; a Hubert Hurkacz por 3-6, 6-3, 7-6 (3), 4-6 y 6-2. Pero ante Djokovic se quedó sin fuerzas ni peligros. En ningún momento puso en aprietos al serbio, moviéndose de maravilla por la arena de la Chatrier como si fuera su casa, aceptado el papel de nuevo dueño ante la ausencia de Nadal.

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Si ante el malagueño cometió seis dobles faltas y ganó por momentos solo un 30 % de los puntos con su primer saque, rozó el cien por cien ante Varillas. Si la derecha se atascó más de la cuenta ante el español cuando el viento soplaba a favor, dominó los remolinos sin atisbo de dudas ante el peruano. El mismo Djokovic, otra versión.

La que le sirve para calibrar el traje de campeón que todavía no había sacado del todo en este Roland Garros. No había tenido necesidad antes, capaz de ponerse serio cuando las cosas se complicaban un poco por sus propias dudas. Ya sabe que está ahí, que si el rival no juega al cien por cien será difícil incomodarlo. Ya sabe el rival que su tenis es el de los grandes momentos.

Ha tomado nota Karen Khachanov, su próximo contrincante. El ruso, que ya le hizo partido a Carlos Alcaraz en Madrid, lleva en París dos rondas de calidad y confianza: ante Thanasi Kokkinakis (6-4, 6-1, 3-6 y 7-6 (5)) y este domingo ante Lorenzo Sonego, levantando un primer mal set (1-6, 6-4, 7-6 (7) y 6-1). Se han enfrentado en nueve ocasiones y ocho han caído del lado del serbio. Solo en la final del Masters 1.000 de París de 2018 el ruso se llevó la victoria (7-5 y 6-4).

Sin embargo, Djokovic continúa su relación de amor-odio con la grada. Ante Davidovich le reclamaron su actitud con pitos y contestó alentándolos aún más, y más todavía cuando pidió la asistencia del fisio al final del partido. Ante Varillas también sonrió irónicamente después de un punto en el que recibió abucheos. Después, eso sí, parlamento en francés para intentar congraciarse. «Muchas gracias por vuestra presencia aquí. He sentido vuestra energía, que es muy importante para mí».