Alcaraz se despide de Roma ante Marozsan, un inesperado mal trago

El murciano se veía sorprendido desde el inicio por el tenista húngaro (23 años), un rival que llegaba a la cita romana desde la fase previa. En el cuarto juego del primer set, Marozsan, ágil de piernas e impulsado por la ilusión del debutante que sabe que tiene todo que ganar y nada que perder ante un rival de la talla de Alcaraz, rompía el servicio del español con un juego en blanco. Un aviso de que el 135 en el ranking de la ATP quería disfrutar de su día de gloria y que tuvo continuidad con su triunfo en la siguiente manga (4-1). El aviso acabaría convirtiéndose en pesadilla. .

Desconectado, sin dar sensación en ningún momento de encontrarse cómodo sobre la arcilla italiana, Alcaraz, apagado y sin chispa, cedía un nuevo juego en blanco (5-2) y el magiar terminaba cerrando el set ganando su servicio sin que el último campeón en Barcelona y Madrid consiguiera una bola ganadora en esa última manga (6-3). Marozsan ante la gran ocasión de su vida, el español con un lenguaje gestual inquietante.

Ante un rival al que le costaba flotar en la pista, que no encontraba el golpe ganador ni armaba un saque intimidador, Marozsan, con un tenis fresco y directo, plantaba batalla y alargaba el suspense en el comienzo del segundo set, en el que volvía a celebrar un juego en blanco con su segundo servicio (2-2). Teniendo a Alcaraz en la cornisa en la siguiente manga (40-0 a favor sacando el murciano), al húngaro le entraba el vértigo, no conseguía sentenciar y daba una vida extra al murciano, que acababa resoplando tras su triunfo en ese juego.

Con un Marozsan casi infalible, Alcaraz, presionado al límite, salvaba una bola de break con su servicio, pero su rival no fallaba en la siguiente oportunidad y acababa rompiendo el servicio del español (4-3). Luces de alarma encendidas en el murciano, al que se le encendieron las bombillas, aunque con cortocircuitos que acabaron siendo letales.

Sufrimiento, y mucho, en la tercera ronda de Roma. La amenaza era real y Alcaraz reaccionaba en modo campeón, devolviendo el break al húngaro, que en Italia debutaba en un Masters 1.000, y conservando su saque (4-5). A Marozsan, fiable durante todo el partido con su servicio, no le temblaban las piernas y volvía a igualar el marcador.

El magiar desaprovechaba la ocasión para romper el servicio de un Alcaraz que, jugando solo a impulsos, era capaz de llevar al límite a su rival. La oportunidad para ver si el húngaro tenía nervios de acero. Respuesta afirmativa, conservaba su saque y mandaba el set al tie-break. Todo o nada para el español.

Y salió cruz, porque no era el día de Alcaraz, que desaprovechaba dos puntos de ventaja (2-4) para acabar despidiéndose de Roma tras ceder 7-4 en el tie-break. La cara fue para Marozsan, que ha firmado un gran partido. El húngaro ha acabado convirtiendo el doble de golpes ganadores (30) que un gris Alcaraz, al que no le ha servido su habitual potencia con la raqueta. Una despedida prematura de Italia. El murciano ahora enfoca la mirada hacia Roland Garros, su gran objetivo en esta temporada de tierra batida.