Alcaraz activa el engranaje con un triunfo ante un bravo Gasquet en su estreno en Australia

Es un partido en peligro de extinción, pues a Gasquet le mueve todavía el tenis de antaño, el que aprendió de los que ya están disfrutando de la jubilación o a punto de ello. Son 37 años los del francés y una técnica de menos pegada y más control, puntos largos y paciencia para masticar los puntos hasta encontrar el momento justo. Pero sabe el francés que ya no es efectivo. Por eso advirtió que, de no cambiar mucho las cosas, este sería su último año de competición.

Y, claro, se enfrenta a Alcaraz, que también tiene estrategia y recursos y mil habilidades, pero una pegada descomunal y un físico de 20 años que evidencia las debilidades de Gasquet.

Quiere Alcaraz sentenciar con un par de golpes, que tiene mano y piernas para eso. También porque en los intercambios largos, Gasquet tiene más aplomo y experiencia. Pero hay todavía ciertos desajustes fruto de las semanas sin competición y hay un francés que se resiste a claudicar. En todos los turnos de saque del francés, Alcaraz tiene opciones de rotura, tres en el primer juego, incluso un 0-40 en el séptimo, pero hay errores con una derecha que no encuentra la regularidad y un Gasquet que exprime los 37 años hasta la extenuación.

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Hay pocas sonrisas en el español en ese primer set que se alarga y se alarga y se alarga porque hay puntos brillantes y errores de bulto; una lucha inclemente del francés para evitar que el tenis que defiende pierda uno más de sus componentes, y una lucha algo frustrante de Alcaraz, que apenas supera el 50 % de primeros servicios convertidos, hay 23 ganadores, pero también 15 errores.

Mantiene Gasquet el pulso hasta que Alcaraz se centra, se despereza y golpea con más confianza, con más ligereza, más él. Porque todo pasa por él, aunque el francés pelee con honores y clase hasta el tie break. que la lógica del físico se hace evidente. Y porque se despereza por fin Alcaraz, con más confianza y ligereza en los golpeos. para llevarse el primer set en el tie break y a partir de ahí, al francés solo le queda apelar a los puntos esporádicos marca de la casa.

Porque la derecha de Alcaraz ya vuela y ejecuta a la perfección, las piernas siguen muy activas y hay un gran juego de dejadas para acabar de hundir a Gasquet. Es una hora y siete minutos de primer set y media hora el segundo (ampliada la renta a 13 ganadores, pero solo cuatro errores).

El francés apela al honor, pero es imposible ante este Alcaraz ya en ebullición. Se mueve, patina, exhibe músculos e inclemencia contra ese tenis que él ha puesto contra las cuerdas y que acabará por jubilar no tardando mucho. Incluso se regala alguno de esos trucos con los que encandila al público.

Se permite Gasquet un último juego como huella de su clase y de ese tenis en extinción. Incluso una bola de rotura cuando el español sirve para ganar y resiste cuatro bolas de partido. La Rod Laver, rendida a la entrega del francés. Pero es Alcaraz el que sentencia con su servicio y se planta en segunda ronda, contra Lorenzo Sonego, con un buen primer partido de entrada a la competición: un primer set para que el engranaje se ponga a tono y sin desgastarse demasiado después.