ATP
Ferrer tira de experiencia para alcanzar la final en Hamburgo
El español vence a la gran sorpresa del torneo, el alemán Alexander Zverev, de solo 17 años

Alexander Zverev aún llevaba chupete cuando David Ferrer debutó como profesional. Tenía tres años cuando el alicantino jugó su primer partido ATP y casi ni levantaba la raqueta del suelo. Su familia, volcada siempre con el mundo del tenis, le había enseñado ya lo que era y este sábado miraba orgullosa a su chaval. Jugaba su primera semifinal de un torneo profesional y lo hacía ante todo un «top ten». No pudo con la presión, le superaron los nervios y el alemán se diluyó poco a poco sobre la pista.
Partido sencillo para Ferrer , que se aprovechó de su experiencia para alcanzar su segunda final del año. Después de salvar dos bolas de break en el primer juego, el encuentro fue coser y cantar para el español. Los errores de Zverev se incrementaban con el paso de los juegos y la cara de ilusión con la que saltó a la pista no aparecía por ninguna parte.
El 6-0 del primer set era la mejor muestra del partido. El alemán ponía corazón, pero se veía completamente superado. Había visto siempre a Ferrer por la televisión luchando por los mayores torneos del circuito y ahora lo tenía al otro lado de la red. Seguía sin creérselo y lo acabó pagando, aunque en la segunda manga peleó algo más.
Su hermano Mischa lo miraba atentamente desde el palco. Con 17 años, a Zverev le costaba mantener la calma tras cometer un error no forzado tras otro. Tiró la raqueta en alguna ocasión y le pideron calma desde la grada. Hoy no era su día y acabó cayendo por 6-1, pero algún día llegará. Tiene futuro por delante.
Un diamante en bruto
Ya lo demostró en los partidos anteriores. Acudió a Hamburgo gracias a una invitación del torneo y se coló en semifinales contra todo pronóstico. No había ganado aún ningún partido ATP –había disputado solo hasta el lunes– y la tierra alemana fue su mayor aliada. Apeó a Robin Haase, Mikhail Youznhy, Santiago Giraldo y Tobias Kamke. Cuatro victorias para dejar su balance profesional en 4-3.
Le queda mucho por aprender y de ello se ocuparán su hermano y su padre, también tenistas. A sus 17 años, ya mide 1,93 metros y se mueve con agilidad, aunque le falta potencia a su «drive» y contundencia a su revés a dos manos. De ello se aprovechó Ferrer para alcanzar su segunda final del año. En la primera se llevó el título en Buenos Aires. En Hamburgo, el argentino Leonardo Mayer será la última prueba.
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