El segundo palo
Si Gamper levantara la cabeza
«Hasta en su centenario cumpleaños tuvo que acordarse el mitinero Laporta de su archienemigo Real Madrid»
Columna de Javier Aznar: La pausa
Laporta y su directiva soplan las velas en el 124 cumpleaños del Barça
Quién sabe dónde podría estar ahora mismo el Barça si en vez de dedicarle al Real Madrid 121 de sus 124 años de historia se hubiera centrado en lo suyo, quién sabe. A lo mejor habría llegado incluso a ser elegido mejor club del siglo ... XX por la FIFA y tendría en sus vitrinas 14 Copas de Europa y 35 Ligas.
Hasta en su centenario cumpleaños tuvo que acordarse el mitinero Laporta de su archienemigo para referirse a una presunta falta cometida sobre Raphinha dentro del área en el último partido contra el modesto Rayo Vallecano. Él, que pagó al vicepresidente arbitral en activo; él, que estuvo 78 jornadas sin recibir un penalti en contra, en concreto entre los años 2016 y 2018.
Si, en vez de cuadruplicarle el salario a Enriquez Negreira, el club fundado por el suizo Hans-Max Gamper Haessig hubiera destinado una pequeña partida a gastos de psicología, el ahorro en años de ardor de estómago habría sido estimable.
Ya sabía yo que tenía que hablar de Suiza por algo, y es que esa era precisamente una de las nacionalidades que me faltaban en el once titular azulgrana del otro día en la Champions. Es curioso que el emblema más popular del catalanismo alineara ante el Oporto a un uruguayo, un par de portugueses,un polaco (de la Polonia que tiene frontera con Rusia, no de la otra), un francés, un holandés, un brasileño… la ONU, vamos.
¿Dónde está Fermín? ¿Sigue en el Barça o ha sido cedido? ¿Y Yamal, se sabe algo de él? ¿Y Balde? Sinceramente espero que los chicos se encuentren bien de salud porque representan mejor que nadie a esa Masía que nunca juega los partidos que importan.
Ha tenido que venir aquí un alemán de padres turcos para recordarle al Barça en su 124 cumpleaños que una clasificación para octavos de la Champions no se celebra como si se tratara de una final. El canterano Araujo estaba más emocionado con ese 2-1 que Kross después de ganar la Decimocuarta. Gündogan, que está más despistado que un pulpo de Gelsenkirchen en un garaje de Calella de Palafrugell, se ha convertido por derecho propio en el auténtico grano en el tafanario de aquellos culés de nuevo y mediocre cuño que van a Canaletas después de lograr la heroicidad de meterse entre los 16 mejores equipos de Europa. Si Gamper levantara la cabeza… se haría socio del Real Madrid.