EL SEGUNDO PALO
Bienvenido al infierno, Huijsen
«Con lo sencillo que habría sido firmar por la familia Telerín e irse a Barcelona a jugar con los alegres Gabi, Pedri y Fati para asegurarse la internacionalidad y resulta que va el Madrid y se entromete»
Esos madridistas con la mandíbula de cristal...
Dean Huijsen, durante el Manchester City-Bournemouth
Uno tiene que tener unos huevos bien gordos y decidirse a colocarlos todos en el mismo cesto para atreverse a fichar por el Real Madrid. Pongamos que hablo del chaval Huijsen. Estaba Dean tan tranquilo con sus cosas y sin meterse con nadie, yendo ... a jugar los domingos a las verdes praderas del Dean Court, con capacidad como muchísimo para doce mil amigos de los Cerezas (si hasta el apodo del equipo es amable y suena a 'boy scout'), en el apacible condado de Dorset y, de repente, ¡patapán!, el mejor club deportivo de la historia se fija en ti y te arruina la vida. Sí, sí, te la arruina. Habrá quien crea que venirse al Madrid es un sueño, el culmen, la 'vie en rose', el Everest de Mallory, pero no, qué va, de ningún modo, eso no es más que poesía barata porque ahora empieza la peor pesadilla de Huijsen. Criatura, ¡si hasta 'De la Gente' había empezado a contar con él! Con lo sencillo que habría sido firmar por la familia Telerín e irse a Barcelona a jugar con los alegres Gabi, Pedri y Fati para asegurarse la internacionalidad y resulta que va el Real y se entromete.
Y para muestra el botón de tres titulares de la prensa española dedicados a la ex joya del fútbol patrio, ahí van: «El City hizo sufrir a Huijsen», «Huijsen debuta como madridista con dura derrota ante el City y amarilla» y «Primera decepción madridista de Huijsen». Como dice un amigo mío que es perfumero, la edad de oro del periodismo deportivo español. No es una amenaza sino una premonición: como si de un Gregorio Samsa balompédico se tratara, a partir de ahora asistiremos a la lenta pero inexorable transformación de la perla nacida en Ámsterdam en un enorme insecto llamado Jonathan Woodgate. Se acabaron tus tiempos de Insti, Dean, descuelga los pósters de Ramos de tu habitación y bienvenido al infierno.
A Trent Alexander-Arnold, que tiene nombre de coronel de 'Apocalypse Now', le pilla más talludito, aunque también lo han intentado con él. Este tipo ha sido sólo 33 veces internacional con la modesta selección de Inglaterra y, leyendo algunas crónicas, diera la sensación de que el vigente campeón europeo ha fichado al peor jugador de la Premier. Cuentan que una vez, no hace mucho tiempo, al Real llegó un chico apellidado Beckham que sólo vino a España para vender un porrón de camisetas. El infierno fue para él el ajo al que su mujer decía que olía la ciudad de Madrid. A mí, sin embargo, me huele a jazmín.