El segundo palo
Sé fuerte, Marciniak
«El Barça no respetó en ningún momento una competición que no domina y que lleva sin ganar desde el estreno de 'Cocineros al volante'»
Pido perdón por pensar que Yamal no es el mejor

La furia desencadenada por el 'establishment' culé contra Marciniak tiene más que ver con la frustración que con el hecho de que hace años se descubriera en su vestuario un neceser con el escudo del Real Madrid, y la frustración es el fruto del ... éxtasis del nuevo rico, esa sensación de invulnerabilidad que te lleva a colgar un Miró encima de la bañera o a disecar un elefante.
El Barça no respetó en ningún momento una competición que no domina y que lleva sin ganar desde el estreno de 'Cocineros al volante'; tampoco consideró al Inter, al que en el reparto del casting le tocó el papel de muerto necesario antes de la final (PSG o Arsenal no tenían mucho que decir al respecto) que iba a culminar sí o sí con la sexta Copa de Europa, lo dijo en 'El Chiringuito' el señor del 'crowdfunding'. Pero como afirmó el gran filósofo Tyson, «todo el mundo tiene un plan hasta que le dan el primer puñetazo», y San Francesco Acerbi fue tan ingenuo de pensar que su equipo podía ganar.
A la cacería del polaco se han sumado Laporta, que cuadruplicó lo que cobraba Negreira, y el 'gentleman' Flick. Lo del alemán es más curioso aún porque no hace ni tan siquiera un mes desde que Hansi se mostró hondamente preocupado por los vídeos de 'Real Madrid Televisión', añadiendo a continuación que los árbitros eran seres humanos, cometían errores y tenían familia.
Algo no cuadra aquí porque Marciniak también la tiene, está casado con Magdalena y son padres de dos niños. Lo único que pasa es que Flick nunca fue lo que decía ser, o sea el Dan Defensor arbitral, y se estaba limitando a cuidar su corralito español.
Pero lo peor estaba aún por llegar y fue, una vez más, lo del revoltoso (Alfredo Relaño 'dixit') Vinicius. Transmutado en Íñigo Martínez, el brasileño escupió a la cara a Acerbi, convertido en Pedri se fue a celebrar el 2-3 delante de Bastoni y metido en el cuerpo de Gavi colgó en Instagram un remedo de discurso repleto de faltas de ortografía. Vamos, que no tiene ni puta idea de escribir, para qué nos vamos a engañar, le entran a uno unas ganas locas de apuntarle al taller de Chuck Palahniuk. ¡Cuánto daño le hicieron a este crío regalándole hace dos años un Golden Boy por delante de Camavinga, Musiala o Bellingham, que sí lo merecían!
Sé fuerte, Marciniak. Aguanta. El Barça va a por ti porque no está acostumbrado a los aciertos en su contra. Ánimo. Y besos para Magdalena.
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