Autocaravana, furgoneta o avión desde Miami, la odisea hacia la final de la Champions

La cita por excelencia del fútbol europeo es un aliciente para la ciudad que acoge el encuentro. De ahí que haya aumento de precios que agudizan el ingenio de los aficionados. Los hay que se arriesgaron a reservar o a comprar billetes de avión incluso antes de saber que el Real Madrid disputaría ese último partido, como Luisete, de la peña París 2000 . Otros, como Sergio Díaz, de la peña Madrid El Prat , es más precavido, de ahí que esta vez haya decidido viajar en autocaravana, para «llevar la casa a cuestas» y prescindir de hotel.

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Luis es socio de la peña París 2000, que recibe ese nombre porque aquel grupo de amigos madridistas se «oficializó» en aquella final en la que Sanchís y Fernando Hierro levantaron la Octava un 24 de mayo . Hoy, 22 años después, vuelven a reunirse en la ciudad en la que Raúl, con diez tantos en toda la competición, dejó su huella e inició esta amistad entre desconocidos que ahora ya son una familia: Melero, Luis, David, Encarna, Luisete, Germán, Miguelo, Gutiérrez, Magán, Borjita...

«Han sido más de cien viajes por el mundo y 200 por España. Es una de las peñas más activas del club. La experiencia de haber estado en siete finales hace que una final sea como un día en la oficina «, indica a ABC Melero, presidente de la peña.

Partieron ayer por la noche en dos furgonetas, la primera desde Villarrobledo , sede de la peña, la otra desde Valdemoro. Hacen el viaje del tirón, unas quince horas, sin paradas para dormir, pero con avituallamiento para todos. Para Luis, que amenizó el viaje con su memoria fotográfica sobre todos los resultados, goleadores y hasta los minutos de todos los partidos del Real Madrid. No solo las finales. Y para Alicia, la más pequeña de la expedición, que, con solo tres partidos en directo, asistirá ya a su primera final de Champions. Otros del grupo tuvieron que esperar más de veinte años.

Prevén llegar a París para hoy al mediodía. Y allí se reunirán con otro miembro del grupo, Luisete, que tuvo tanta fe en el equipo que se sacó el billete de avión antes de empezar el partido de semifinales contra el City. Es lo que hicieron en la peña La Gran Familia, que preside Gerardo Tocino: viajan en avión el día del partido y vuelven después , sin pasar noche. «Qué maravilloso es el fútbol. Algo que ya no solo es deporte, que es solo sino dinero, comercio, política, hace que un grupo de desconocidos forme una familia durante 24 años por un sueño común. Volvemos a casa. El cielo de París, con Marcelo como maestro de ceremonias, nos volverá a hacer los más felices de la tierra. A por la 14», anima Melero.

También están de camino ya hacia París los ocho miembros de la peña Madrid El Prat de Barcelona. Díaz tiene mucha experiencia en viajes de este tipo, esta es su sexta final y, después de haber vivido toda clase de situaciones, decidió alquilar una autocaravana, que nunca ha conducido, para hacer el trayecto hasta la capital francesa. «Para Lisboa, fuimos en autocar: 14 horas de ida y 18 de vuelta porque nos juntamos todos en la carretera a las mismas horas. Ahora vamos bien equipados de comida y bebida: solomillo, embutido, jamón, pinchos, hasta una barbacoa... Calculamos que son unos 1.080 kilómetros, así que estaremos unas once o doce horas de viaje. Y si queremos dormir, podemos«.

Estuvo en Cardiff, en Lisboa, en Milán, en Kiev. Y recuerda los precios de aquellos fines de semana. « La noche de Kiev eran 110 euros, pero la del partido, 1.500 . Y en París fue lo mismo, si no se coge pronto, es carísimo. En Milán nos tocó dormir en el aeropuerto y fue duro. Hay quien sí viaja en avión porque lo sacaron con tiempo. Yo lo miré y antes de la semifinal están ida y vuelta a 120 euros, que era asumible. Después, ya rondaban los 600 euros».

Pero hay otros socios de la peña catalana que les ha costado mucho más esta final. Daniel Ríos partía de Mallorca; Jonathan Cubillos viene desde Nueva York, y Mateo Galbis culmina desde Miami un periplo por Europa que comenzó en los octavos en el Bernabéu contra el PSG, pasó por las semifinales en Manchester y ya está en París para presenciar la final. «A ese sí que le está saliendo cara la Champions, porque calcula unos 1.000 euros por viaje».

Ambas peñas han conseguido entradas de las que ofrecía el club de las de 60 euros. Así que, en total, estiman unos y otros que se gastarán unos 350 euros por persona. «Desde que Miguelo se encarga de la logística de las entradas, siempre hemos estado todos, y después de seis finales, nos preocupa más qué tipo de queso llevarnos, si el curado o el semicurado, que si nos van a tocar las entradas», subraya Melero. Pero no ha habido para todos. «En Kiev fletamos un avión entero y esta vez no. Eran unas 1.000 entradas para 2.800 peñas , así que muy poca gente vamos con asiento, pero sí va mucha sin entrada. Gente que ya tenía cogidos avión y hotel y yo les decía 'pues os falta lo más importante'«, señala Díaz.

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Por eso, muchos aficionados llaman a Díaz ofreciéndole el dinero que haga falta para conseguir el billete dorado. En la reventa, hay quien vende dos entradas por las que aspira a llevarse 3.000 euros. Y hasta 4.800 en alguna página de segunda mano. También en Inglaterra se han adquirido entradas por encima de las posibilidades de muchos; 8.000 libras han pagado un padre y un hijo de Liverpool, y en la reventa oscilan los precios entre las 3.400 libras (casi 4.000 euros) hasta las 15.500 (más de 18.000 euros) por un asiento en palco vip.

Una vez en París, el día del partido, a todos les cambiará la cara. Levantados los ánimos y las ganas como si fueran ellos a saltar al césped por la noche. Se habrán olvidado del sueño, el cansancio, las quince horas de carretera o el dinero dejado en peajes, entradas, gasolina, hoteles, aviones o reventa.

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