historia
1953-1964: Recuerdos de la Copa Europa
Este texto fue escrito por Di Stéfano para el coleccionable «El Real Madrid Campeón de Europa», publicado por ABC
1953-1964: Recuerdos de la Copa Europa
Frente al Vasas, el Real Madrid estaba ante la posibilidad de disputar otra final europea. El Vasas era el penúltimo obstáculo. Teníamos cierto recelo porque los húngaros jugaban muy bien al fútbol. Bundzsak, Karpati, Berendi y Sarosi, entre otros, eran jugadores de grandes ... familias de futbolistas. Teníamos, por tanto, un buen concepto del Vasas y había que respetarles tanto por lo que representaban como por nuestra conducta habitual de no despreciar a ningún rival.
El partido de vuelta nos demostró, como habíamos previsto, que el rival tenía una gran calidad y si en el Bernabéu nosotros les acorralamos, en el Nep Stadion fueron ellos los que hicieron lo mismo con nosotros. El día antes nos entrenamos en el escenario del partido. Había treinta o cuarenta mil aficionados presenciando la sesión. Recuerdo que habían inaugurado un marcador electrónico , algo que, por entonces, no existía en ningún estadio del mundo . Pero pese a perder, el Madrid volvió a casa con el derecho adquirido para disputar la final de la tercera Copa de Europa.
Fuimos a Bruselas en la fecha que se había inaugurado el Atomium. El estadio Heysel , de nefasto recuerdo para el fútbol, estaba hasta los topes. Fue un espectáculo impresionante de las dos hinchadas y los organizadores del partido amenizaron el prólogo con música. El espectáculo también estuvo en las gradas . Sabíamos que el Milán era un equipo temible, un conjunto muy difícil de mejorar. La mayoría de sus jugadores eran internacionales de Italia y América. Pero a nosotros nos iba bien con ellos porque les habíamos ganado siempre. Claro que cada partido es una historia nueva, pero los precedentes cuentan y dan moral. Y en este caso dieron buen resultado.
Toda España estuvo pendiente de esta final. Fue un acontecimiento mundial. Aún no había llegado la televisión y los aparatos de radio funcionaron por millones. El primer tiempo fue muy igualado, tanto en el marcador, sin goles, como en el juego. Cogían ellos la pelota y había peligro, y lo mismo sucedía a la inversa. El sueco Liedholm marca a Rial. Recuerdo que Héctor me decía: «Oye, Alfredo, ese tipo me engaña con los ojos. Me mira a la cara y luego se tira por otro sitio ». Entonces yo le dije: «Pues mírale tú al cuerpo». Me hizo caso y así lo hizo.
En el segundo tiempo, en pleno forcejeo, nos clavan el gol. Poco después Cuccharoni lanzó un disparo al larguero que por poco lo arranca. Grillo adelantó de nuevo al Milán, rompiendo el empate a uno que había conseguido yo. Y tras el gol de Rial, nuevo empate y a la prórroga. Y en la prórroga, el todo por el todo, que había sido, por otro lado, la tónica del partido. El gol de Gento, con un fabuloso disparo cruzado que pasó entre un regimiento de piernas y se coló junto al palo, encendió aún más el ambiente en las gradas. El Madrid, de nuevo campeón.
Habíamos ganado una Copa extraordinaria y difícil como todas. Entonces las eliminatorias eran directas, no había liguilla, ni cambios en los partidos; tampoco vídeos, porque no existía la televisión. Íbamos a pelo. A unos hoteles muy lejanos del lujo actual . En fin, todo era muy difícil. Hoy, la Copa de Europa es «papita pa’l loro», como dice la frase criolla.
(Este texto sobre la semifinal y final de la tercera Copa de Europa conquistada por el Real Madrid fue escrito por Alfredo di Stéfano para el coleccionable «El Real Madrid Campeón de Europa», publicado por ABC) .
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