Márquez se queda sin retos

Iba a ser una carrera diferente, decían los favoritos. Los cronos del viernes y del sábado estaban muy parejos. Todos rodaron en el mismo segundo. Una "alocada" idea de cambiar de moto en la ronda de clasificación para probar tres neumáticos le ayudó a conseguir la "pole" por delante de Jorge Lorenzo. Y a arrebatarle el récord del circuito que mantenía desde 2008. En rueda de prensa, ya con su cuarto reloj del año en su muñeca, Márquez señalaba a Dani Pedrosa como favorito. «Es un circuito en el que me lo paso bien», reconocía el 26. Echó balones fuera el ilerdense, pero como un mago, se guardaba un truco final que resultó implacable el domingo de carrera .

Al contrario de lo que suele ser habitual, a Márquez le salió una buena salida. Fue Lorenzo el que se quedó atascado al inicio. Pedrosa tampoco pudo situarse delante. Dovizioso y Iannone se colaron en la fiesta. Y Rossi, imperial en la salida porque se dejó el alma para ponerse en cabeza. Así, el italiano y Márquez se encontraron liderando la carrera. Maestro y pupilo -ya no se sabe quién es quién- bailaron un tango, reminiscencias del anterior Gran Premio , porque no se despegaron y el roce y los piques se mantuvieron durante las primeras curvas. «Me encontraba bien. Salí bien y sin forzar demasiado veía que me iba escapando. Temía a Dani porque siempre tiene un buen ritmo al final. Me he visto bien y me he dicho: tira que te cogen», admitía Márquez en las cámaras de MovistarTV. Dicho y hecho, no esperó ni un segundo en adelantar a Rossi y pisar el acelerador. «Me dejé el alma para superarlo, lo conseguía por momentos, pero el último golpe fue definitivo. Iba demasiado rápido para mí», admitió el 46.

Y con la fuerza del adelantamiento, Márquez tiró como nunca, o como siempre, como se ha vuelto costumbre en este 2014. Cada vuelta la firmaba en récord, cada vuelta sumaba medio segundo de ventaja sobre sus perseguidores. A mitad de carrera ya eran cinco los segundos de abismo que abrió con respecto a los tres de detrás. Y ya no hubo retorno para nadie. La carrera se acabó. El segundo puesto se convirtió entonces en el premio mayor de consolación. Allí se mantuvo Rossi, que veía alejarse a Márquez mientras notaba ya el calor del aliento de Lorenzo. Las Yamaha mantuvieron una bonita batalla en la que el 99 estuvo muy cerca de ser segundo. No lo consiguió y su moto no dio más. Permitió de este modo que Pedrosa viera su posición a su alcance. «Al principio no podía ir más rápido. Márquez iba en 39, lo he intentado, pero se me iba la rueda de delante e iba forzado. Al final no he ido más rápido, pero sí mantuve mi ritmo lo que me ha permitido superar a Lorenzo y acercarme a Rossi», explicaba Dani.

El de Honda se acercó peligrosamente a Rossi: «Me han faltado un par de vueltas», sonreía Pedrosa. El italiano aguantó el embite y lo celebró a lo grande: «Al final fue la buena elección del neumático duro detrás. Marc iba demasiado rápido. Salí muy bien e intenté dejarme el alma para superarlo, pero no pude. Era muy importante subir al podio en este circuito. Es la catedral y es precioso volver al podio que no estaba desde 2010 delante de toda esta gente». Con peor sabor de boca quedó Lorenzo. Cuarto, sin poder dar más de sí y de su moto, en el Gran Premio 200 de su carrera, el día de su 27 cumpleaños.