Aunque la diferencia sobre el césped fue evidente, pese al orgulloso arreón final del Atlético de Madrid, venció por la mínima el Barcelona para volver a ilusionarse en el campeonato liguero. Los nombres propios de este bonito partido son múltiples, pero entre ellos, ... con un partido superlativo, destacan tanto Joao Félix como Pedri.
El protagonista del partido. Bailó a la defensa de su exequipo entre líneas y marcó un bello gol de vaselina.
Sufrió ante la ausencia de balón en campo rival. Aun así, gozó de las oportunidades más claras del Atlético.
Erró varios goles cantados y estuvo lento, impreciso, muy lejos de un nivel que quizá nunca vuelva a alcanzar.
Entró por un amonestado Giménez al descanso, pero fue sobrepasado por Joao Félix. Mereció ver la roja.
Su primer gran noche desde su lesión. Junto a De Jong y Gundogan, el canario dominó el centro del campo.
Vivió un calvario ante el binomio Raphinha-Koundé y, por tanto, al descanso, fue sustituido por Lino.
Eléctrico y clarividente, fue una constante fuente de peligro por la derecha. Se asoció muy bien con Pedri.
El capitán del Atlético vivió la peor noche de su temporada. Agobiado por la presión alta, regaló un sinfín de balones.
No tuvo un trabajo excesivo, aunque sí fue clave en el triunfo de su equipo con dos brillantes paradas: una a Memphis, otra a Correa.
Cargó con el grueso del peligro visitante desde el carril diestro. Poderoso, mejoró el papel de Molina.
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