De cara

Oblak y Lunin, de impasables a coladeros

«Los córneres del Madrid son otro misterio del fútbol, deporte de sentencias efímeras en el que las explicaciones de un día rara vez valen para el siguiente»

«¿Qué pasa con Vermeeren? ¿Es malo? ¿No toma mate? Es hora (lo del idioma no cuela, porque eso se sabía en diciembre) de las explicaciones. Del que paga, del que ficha o del que alinea. Al menos uno de ellos no tiene defensa»

El Madrid entierra al Barça sin hacer sangre

Oblak, en el suelo tras encajar un gol; Lunin falla en el salto para el 0-1 del Barça ABC

Saques de esquina

Hasta 18 córners botó el City el miércoles en el asedio del Etihad. Y pese a estar bien lanzados, no le provocaron al Madrid ni un simple rasguño. Entre la autoridad de Lunin, el poderío aéreo de los más altos, la astucia de los ... más bajos y el orden general, los de 'Ancholotti' se sacudieron el peligro que le llegaba de las esquinas sufriendo, pero silbando. Pero sólo cuatro días después, el Madrid fue un constante flan ante las mismas acciones. No estaban Carvajal, Nacho y Mendy y sí Lucas (enorme con la pelota), Tchouameni y Modric. Pero más allá del cambio de nombres, Lunin (asustadizo y fallón) y compañía parecieron otros. Misterios del fútbol, deporte de sentencias efímeras en el que las explicaciones de un día rara vez valen para el siguiente. Incluso para los asuntos del paladar. Un duelo insoportable como el del miércoles, aunque coreadísimo por el resultado, frente a un clásico entretenido, quizás imperfecto, pero partidazo, de ataques de ida y vuelta, jugadas maravillosas, errores imperdonables y sin autobuses. Mucho mejor ganar, o incluso perder, así.

Árbitros y tecnología

Más allá de que cada día se juega con un reglamento (lo que hoy es mano, mañana ya no...) y un criterio distinto para resolver las mismas jugadas, pecados del arbitraje que cuesta comprender, resulta inadmisible a estas alturas de la tecnología que saber si un balón ha entrado o no no sea una ciencia exacta.

Vergüenza forastera

Valencia, Las Palmas, Barcelona, Bilbao, Girona, Sevilla, Cádiz y también Vitoria... Da igual el nombre de la ciudad y la dimensión del equipo que juegue en ella. El Atlético es un desastre crónico de visitante, va de sonrojo en sonrojo sin que Simeone busque una solución. Se reproducen los defectos y se insiste en ellos una y otra vez sin que asome un solo intento de cambio. ¿Un equipo grogui por el fracaso europeo? Quizás, pero ha resbalado a domicilio después de todas las situaciones posibles. Así que no hay coartada. Nueva derrota, nueva sangría, otro día encajando goles (Oblak ya no para una, grave asunto, pero tampoco se salvan sus compañeros) y otra forma de darle cierto suspense a la pelea por la Champions, aunque, por pura inercia, Simeone finalmente logrará la plaza para disfrazar de mentira un año más su temporada.

Vermeeren para qué

Un asunto lateral que pasa de largo entre tanta frustración pero que alguien tendrá que afrontar de una vez: ¿para qué fichó el Atlético en invierno? Paulista, Vermeeren y Moldovan llegaron para corregir las deficiencias del plantel, pero el técnico no los usa. El primero, conocido ya de la liga, se sabía que no daba el nivel para el puesto (contratación inentendible). Los otros dos llegaron con propaganda, pero no hay manera de verlos jugar. Sobre todo al belga, un refuerzo que, por el puesto, el Cholo suplicó. Este domingo lo tuvo otra vez calentando toda la segunda parte para no dejarle actuar ni un minuto. ¿Qué ha pasado? ¿Son malos? ¿No se adaptan? ¿Se portan mal? ¿No toman mate? Es hora (lo del idioma no cuela, porque eso se sabía en diciembre) de las explicaciones. Del que paga, del que ficha o del que alinea. Al menos uno de ellos no tiene defensa.

Fernando Torres

El gimnasio ha deformado su físico de futbolista a superhéroe de ficción (clavado a Luther, de la serie 'The Umbrella Academy'), pero su idea del juego sigue siendo la misma de cuando le llamaban Niño. Campeón al frente del Atlético juvenil por segundo año consecutivo, Fernando Torres confirma que además de símbolo es un buen entrenador. Sabe transmitir fútbol y valores, convence; descubre y forma jugadores. El futuro técnico del primer equipo. Y a poder ser cuanto antes.

Artículo solo para suscriptores
Tu suscripción al mejor periodismo
Anual
Un año por 15€
110€ 15€ Después de 1 año, 110€/año
Mensual
5 meses por 1€/mes
10'99€ 1€ Después de 5 meses, 10,99€/mes

Renovación a precio de tarifa vigente | Cancela cuando quieras

Ver comentarios