El segundo palo
Siempre nos quedará papá Real Madrid
«Pero entonces Ancelotti hizo un movimiento táctico genial: convocó a Jeremy de León, el puertorriqueño pelirrojo del Castilla, un talismán. Luego abrió su caja de Trident de Hierbabuena y se fue a dormir»
Javier Aznar: El artificiero
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSerían las diez de la noche del lunes cuando le envié a Jairo un vídeo para El Chiringuito en el que describía (de un modo bastante fidedigno en mi humilde opinión) qué era lo que iba a suceder el miércoles hacia las once y ... media: sólo pasaría papá. El Barça recibía en Montjuic al alicaído PSG y para lograr el ansiado pase a semifinales tenía que rematar la faena tras la sorprendente victoria de la ida en París… pero le clavaron cuatro. Mientras tanto, y después de vencer por la mínima, el Atleti debía defender su renta del Metropolitano ante la Cenicienta de cuartos… pero cayó.
Papá, que era el último en actuar, visitaba el infierno de Manchester para enfrentarse al temible equipo de Guardiola, que llevaba sin perder en casa desde los tiempos de Horatio Nelson. Al antimadridismo sólo le quedaba el clavo ardiendo del mal ajeno pero entonces Ancelotti hizo un movimiento táctico genial: convocó a Jeremy de León, el puertorriqueño pelirrojo del Castilla, un talismán. Luego abrió su caja de Trident de Hierbabuena y se fue a dormir.
A mi amigo Juan Guerrero Burgos le dije el miércoles a mediodía cómo pensaba titular el artículo del viernes para ABC: Papá. Vete escribiendo, me dijo. Porque los madridistas no tenemos fe en papá, no, qué va. Se tiene fe en aquello que no puede verse y nosotros ya hemos metido infinidad de veces el dedo en la llaga hasta el fondo.
Papá ya nos ha demostrado en multitud de ocasiones que es capaz de todo, incluso de defender El Álamo para acabar eliminando al mejor equipo de la historia (ironía on) gracias a un penalti anotado por Rudiger. Por eso dejó Antoñito el Chelsea, para vivir noches como las del Etihad.
No se duda de papá porque papá, que es viejo y sabio, respeta la Copa de Europa sobre todas las cosas. No veréis a papá haciéndose fotos ridículas después de haber ganado por la mínima la ida de unos cuartos de final. No veréis a papá vistiendo de blanco a La Gioconda o sobrevolando el Sena con un globo aerostático de mentira con el escudo del Madrid. Papá no es de decir, papá es de hacer. Y como en realidad no ha hecho nada más que eliminar al vigente campeón de Europa en su casa y el objetivo no es ese sino ganar cuanto antes la Decimoquinta, no veréis tampoco a papá celebrando nada más allá de lo estrictamente razonable. Porque papá es serio, profesional y fiable, un roble que nos cobija. Ya no quedan hombres como papá.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete