La mística de Sevilla con la selección española

Sólo cuatro reveses salpican la exitosa trayectoria de España en Sevilla, su fortín, la ciudad en la que siempre ha encontrado esa gasolina extra en forma de aliento de la afición hasta ser considerada el « jugador número 12 », tal como refleja desde 1989 un azulejo colocado en el Sánchez-Pizjuán. Tan célebre etiqueta la acuñó el periodista de ABC de Sevilla José Antonio Blázquez y data de 1964 , del partido de ida contra Eire (5-1) correspondiente a la Copa de Naciones (la antigua Eurocopa, que se disputaba con otro formato) celebrado en el coliseo sevillista, donde España no ha perdido nunca, por cierto, tras 25 partidos.

Episodios épicos bajo el cielo de Sevilla hay muchísimos, aunque tal vez el más legendario sea sin duda el 12-1 a Malta del 21 de diciembre de 1983 en el Villamarín que le dio el billete para la Eurocopa de Francia de 1984. Vinieron luego otras noches mágicas, de júbilo en la grada, porque mientras Sevilla fue sede fija de la Selección para los partidos oficiales de clasificación, entre 1983 y 1995, España se clasificó para las Eurocopas de Francia, Alemania e Inglaterra, así como para los Mundiales de México, Italia y Estados Unido s. Ahí es nada. Y en todo ese trayecto sólo cayó en una ocasión (el citado 1-2 contra Francia) y empató dos veces, ambas en Nervión, contra Irlanda (0-0) en 1992 y Bélgica (1-1) en 1995. El resto, victorias.

Especialmente contra las cuerdas se vio el 17 de noviembre de 1993. Se medía a Dinamarca en el estadio sevillista, el partido se le puso cuesta arriba con la expulsión de Zubizarreta y no fue hasta el segundo tiempo cuando un cabezazo de Hierro a la salida de un saque de esquina propició el 1-0 que puso boca abajo el Sánchez-Pizjuán .

Sevilla volvió a ser la casa de España para la fase de clasificación para la Eurocopa de 1996 y a partir de ahí, siendo Clemente seleccionador, la capital hispalense perdió esa privilegiada condición. Desde el 7 de junio de 1995, cuando la Selección batió a Armenia en el Villamarín, Sevilla ha vuelto a acoger tan sólo diez encuentros del combinado nacional . Y han pasado 26 años. Y cinco de esos envites fueron de carácter amistoso. El regreso se produjo el 5 de mayo de 1999 para la inauguración precisamente del estadio de la Cartuja. Con Croacia de invitada y gol de Suker para los balcánicos, España se impuso por 3-1 con goles de Engonga, Hierro y Dani.

En La Cartuja perdió luego dos veces (Holanda y Argentina) antes de abrir una racha de tres victorias consecutivas contra China (1-0, en amistoso en 2012), Kosovo (3-1) y, antes, c ontra Alemania (6-0), en el que ha sido seguramente uno de los partidos más espectaculares de España en toda su historia . Sevilla sigue inspirando a la Selección, afinando a sus violinistas y sacando la mejor de las melodías de su fútbol. Que ese idilio se prorrogue una vez más es el ferviente deseo para la trilogía de partidos de la fase de grupos de la Eurocopa que le aguarda ya en La Cartuja, ante Suecia, Polonia y Eslovaquia . España vuelve a casa.