Fútbol
Messi, algo de luz en su año más oscuro
El segundo semestre del argentino ha sido agitadísimo, con amenaza fallida de fuga y un rendimiento muy bajo, pero su último partido invita a cierto optimismo
Sergi Font
El fútbol es cortoplacista. Lo definió perfectamente hace unos años Milinko Pantic : «El fútbol actual no tiene memoria, todo está enfocado al día a día». Una aseveración que justifica los elogios que está recogiendo esta semana Leo Messi tras su gran ... partido en Valladolid. Atrás parecen quedar cuatro meses en los que el argentino ha destilado su genialidad en cuentagotas, lastrado por la deficiente planificación deportiva del equipo y su decisión de abandonar el Barcelona de forma unilateral. El propio Messi lo ha reconocido en una entrevista concedida a La Sexta. «Estoy bien, lo pasé muy mal con el verano que pasé , por el final de temporada y por lo que pasó (se refiere al burofax y su decisión de marcharse, vetada por Josep Maria Bartomeu), lo arrastré al comienzo, pero ahora me encuentro bien, con ganas, ilusionado. Sé que el Barça pasa por un momento complicado, a nivel de equipo y de club , pero estoy con ganas», aseguraba antes de viajar a Valladolid, donde dio un recital acompañado por Pedri y marcó el gol (644) que le permite superar a Pelé como máximo goleador de la historia en un mismo club.
Leve cambio de imagen en las últimas fechas tras el sempiterno gesto agrio que ha lucido desde la debacle de Lisboa , donde la goleada ante el Bayern (2-8) fue la espoleta que le llevó a tratar de finiquitar la relación con el Barcelona tras dos décadas de idílica convivencia. Aunque nunca ha escondido su malestar, el rosarino lanzó un guiño a los culés hace una semana cuando colgó en su perfil de las redes sociales una imagen del equipo celebrando el gol del triunfo ante la Real Sociedad. «Lo he dicho muchas veces. Veo a Leo contento , es importantísimo en nuestro juego, con su creatividad. Se nota si hay jugadores muy buenos a su lado», repite constantemente Koeman cuando le preguntan por la actitud del «10».
No obstante, su continuidad no está asegurada. A mediados de la próxima semana la normativa FIFA le habilita para negociar su futuro con la carta de libertad bajo el brazo. Y el vacío de poder que hay en el club tras la dimisión de Bartomeu y la convocatoria de elecciones para el 24 de enero son una rémora ante las tentadoras ofertas del Manchester City o el PSG , donde encontraría consuelo en proyectos sólidos para ganar la Champions y el calor de viejas amistades como las de Guardiola o Neymar. No obstante, las aspiraciones de Messi podrían estar en la Major League Soccer de Estados Unidos, una posibilidad que no se descarta y que tiene precedentes en las figuras de Pelé (tres años en el Cosmos de Nueva York) o Johan Cruyff (dos temporadas en el Diplomats de Washington y una en el Aztecs de Los Ángeles). Messi apuntaría al Inter de Miami, fundado por David Beckham en enero de 2018. Precisamente el exjugador del United y del Real Madrid ha tentado en varias ocasiones al argentino.
Arma electoral
Tratará de impedirlo el nuevo presidente, aunque adecuando su salario a los tiempos modernos. «El sueldo de Messi es insostenible» , aseguraba el precandidato Emili Rousaud en un discurso que suscriben la mayoría de opositores al sillón presidencial. La inmensa mayoría aboga por la continuidad del crack, pero adecuando sus emolumentos a estos tiempos pandémicos que exigen una notable rebaja de la masa salarial . «Si gano, quiero hacerle una propuesta muy competitiva y sé que la escuchará», asegura JoanLaporta, uno de los máximos favoritos a vencer en las urnas. No obstante, el abogado se refiere más a un proyecto deportivo que económico, ya que sería un suicidio mantenerle los cerca de 75 millones que le cuesta anualmente al club.
Y esa propuesta deportiva que ilusione al argentino puede estar en casa. Messi ha vuelto a divertirse con Pedri sobre el terreno de juego. El canario, que a pesar de su juventud ha confirmado los principios meritocráticos de Koeman, es uno de los grandes socios que ha encontrado Messi tras la marcha de Luis Suárez. Tanto que ha despertado su voracidad. «Vamos a intentar ganarlo todo, como se hizo siempre en este club . Vamos creciendo poco a poco. Es cierto que nos costó un poco arrancar en Liga. No debimos dejarnos tantos puntos», aseguraba mientras recogía su séptimo trofeo Pichichi esta pasada semana.
Atrás parece haber dejado su alicaimiento, las críticas por no presionar la salida del rival, su escaso acierto en los lanzamientos de falta, sus pérdidas de balón o su permanente enfado con las decisiones del club. Messi, tan pronto terminó el duelo en Pucela, puso rumbo a Argentina para disfrutar de cuatro días antes de regresar ante el Eibar el próximo martes. Y lo ha hecho tras destrozar el registro de Pelé. « Cuando empecé a jugar al fútbol jamás pensé que rompería algún récord . Y menos aún el que logré hoy que tenía Pelé... Sólo puedo dar las gracias a todos los que me ayudaron en estos años, mis compañeros de equipo, mi familia, mis amigos y todos los que me apoyan cada día», publicó en las redes sociales cuando salía de Zorrilla hacia el aeropuerto. Acababa de anotar su décimo gol esta temporada , aunque para ello necesitó 18 partidos.
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