Fernando Alonso vuelve a apuntar al podio: «El coche ha mejorado»

Pocas cosas sucedieron en la primera ronda teniendo en cuenta el panorama: asfalto mojado, cuatro gotas en los últimos minutos, la arena de la playa provocando salidas de pista y abundancia de coches derrapando en el final de recta y escapando por el caminito de alquitrán previo a la grada.

Aquello amenazaba con un disgusto para cualquiera de los aspirantes, cualquiera fuese su apellido. Verstappen era último a nueve minutos, Leclerc salvó los muebles en el último intento, Alonso tuvo que poner más neumáticos nuevos para evitar el bajonazo y auparse al décimo puesto...

El tiempo, el cielo, siempre decreta otra realidad en la Fórmula 1. En este escenario nada frenó a los McLaren. Dos relojes de procedencia británica (Norris y Piastri) clavaban vueltas en las primeras posiciones con el neumático intermedio. Los hijos de Woking se muestran eufóricos. Sainz, cómodo con la lluvia, pasó con el quinto mejor tiempo y la duda del rendimiento del Ferrari.

En esas condiciones, la Q2 es una rotonda de estrés y nervios. Los pilotos, de apellido ilustre o menos conocidos, tienen que lidiar con el tráfico, la posibilidad de una bandera amarilla o peor, una roja, la pista en proceso de secarse, el pensamiento en la estrategia, y no cometer errores.

En todo eso pensaba Carlos Sainz cuando estaba ubicado en la decimoquinta plaza y debía jugarse el pase a la Q3 en un último intento a todo o nada. Lo consiguió con solvencia el madrileño, seguro de vida los sábados.

A Alonso le salieron los tiempos muy rápidos, señal de progreso en las mejoras que ha introducido Aston Martin. Cada que lo intentaba, se encaramaba a las primeras posiciones de la tabla, cuarto, tercero, segundo. El asturiano pasó con el cuarto mejor tiempo, a seis décimas de Verstappen, quien según se limpiaba el circuito de agua, más velocidad aplicaba a su Red Bull.

Los dos españoles, en la Q3, entre los diez mejores, y también los dos Williams, Albon y Sargeant, sorpresa total en los Países Bajos. La alegría de unos es la tristeza de otros, como en el juego de las sillas. Hamilton, que parecía embalado con el Mercedes, cayó eliminado.

La Q3 es un barullo considerable, con dos banderas rojas (accidentes de Sargeant y Leclerc) que cumplen la previsión de parones y más estrés general. Mucha adrenalina porque la pista se ha secado, pero no hay tiempo para preparar vueltas y parar el cronómetro.

Alonso pinta de morado el primer sector, más rápido que nadie, el coche funciona mejor que en julio. Se alza a la quinta posición en su último intento, in extremis, en posición de atacar el podio. Así lo confirma.

«Estoy muy contento. La clasificación ha sido una pesadilla y se trataba de no cometer ningún error -explica en Dazn-. Un quinto puesto, con opción de pelear el podio es la mejor noticia».

El asturiano confirma la visión exterior. El Aston Martin progresa con las mejoras aportadas. «Estoy contento porque los datos en pista lo confirman. El coche ha mejorado. Tengo que dar las gracias al personal de la fábrica, que trabajó en julio para tener estas mejoras ahora».