fútbol americano

Épica victoria de los Dolphins y un Bernabéu casi hasta los topes: la NFL se va de Madrid con un sobresaliente

Los de Miami se imponen en el tiempo extra (16-13) en medio de un ambiente festivo excepcional

6.100 kilómetros por un partido

Jaylen Waddle, de los Dolphins, celebra una acción defensiva

La NFL coronó una semana trepidante y su desembarco en España con espectáculo muy digno en el Santiago Bernabéu. Los Miami Dolphins, equipo local, se impusieron en el tiempo extra a los Washington Commanders (16-13) gracias a un genial disparo de ... Patterson. Épico encuentro que estuvo coloreado por actuaciones en directo de Daddy Yankee y Bizarrap, por una buena cantidad de material pirotécnico y por un ambiente festivo y familiar difícil de verse replicado en otras disciplinas deportivas. Además, el feudo blanco rozó el lleno con 78.600 butacas ocupadas de las 84.000 disponibles. Este era un exámen para decidir si la liga estadounidense conseguía echar raíces en nuestro país. Con lo vivido este domingo, la respuesta es un rotundo sí.

Con el sol imperando tras varias jornadas de lluvia, la previa en los aledaños del Bernabéu fue una delicia. Las terrazas estaban abarrotadas, la cerveza fluía sin descanso y los idiomas, aunque predominantes el acento estadounidense y el español, se mezclaban con intensidad para formular previas del partido. Que el estadio contase con solo cuatro accesos generó cierto caos en un principio, pero la alta presencia policial y de seguridad consiguió que, sin incidentes, los asistentes se introdujeran en el estadio, hogar de un evento sin precedentes del deporte en territorio español.

Si algo hay que reconocerle a los estadounidenses es que saben cómo montar un buen espectáculo. Así ocurrió en los minutos anteriores al inicio del encuentro, una retahíla de fuegos artificiales y música a todo volumen que convirtieron el interior del Bernabéu, con su techo retráctil cerrado, en un auténtico horno de lo más emocionante. Desfilaron celebridades, desde Zidane a Dan Marino, pasando por Ayuso, Rudiger, Iker Casillas, Guti, Asensio, Griezmann, Dani Martínez o Florentino Pérez, y fue la cantante estadounidense Karina Pasian, afincada en Madrid, la encargada de cantar una sólida versión del himno estadounidense mientras soldados de su país desplegaban las barras y estrellas de la icónica bandera yanqui.

Después, fueron las unidades de la UME (Unidad militar de Emergencia) las encargadas de desplegar la española, además de ser homenajeadas por sus actuaciones en los incendios de Galicia y en las inundaciones de Valencia, al mismo tiempo que la Banda del Grupo de Infantería de Marina de Madrid ponía las notas al himno español. En un santiamén, el recinto pasó de tener un 75% de ocupación a un 90%. Tras una semana de espera, la NFL estaba lista para pasar exámen en Madrid, comprobar si este país quiere prolongar su relación con el deporte americano o si, por ende, prefiere refugiarse en sus disciplinas más tradicionales.

Después de la patada inicial, los Dolphins, teóricos locales, pusieron mucho de su parte para dotar de espectáculo al escenario. Los de Florida corrían como condenados, sumaban 'downs' de manera cíclica y, tras un fantástico golpe de Patterson, estrenaron el marcador con los primeros tres puntos del choque. Sin embargo, los Commanders firmaron un buen contrataque y, también con una patada, ejecutada por Gay, consiguieron hacer el empate antes del final del primer cuarto.

Bastante más pausado en ritmo que en otros deportes como el fútbol o el baloncesto, la NFL intenta estimular al espectador siempre que el balón no esté en juego. Mucha música y, como no podía ser de otra manera, constantes actuaciones de las 'cheerleaders' de los Dolphins, así como lanzamiento de camisetas a las gradas o encuestas en directo. Los aficionados, eso sí, viven con fuerza el deporte. Celebran sin restricciones los aciertos de los suyos y, si tienen la oportunidad, abuchean con intensidad a los enemigos. La combinación, hasta el descanso, parecía ser suficiente para mantener al Bernabéu enganchado, aunque el resultado sí parecía un poco escaso (6-6) y el primer 'touchdown' no llegaba.

Tras un merecido homenaje a la selección española femenina de 'flag' (versión sin contacto del fútbol americano), bronce en el último Europeo y toda una referencia mundial, se apagaron las luces de forma repentina. Fue entonces cuando, acompañado de una banda de música y del productor argentino Bizarrap, el cantante puertorriqueño Daddy Yankee saltó a escena. Su actuación, pese a su corta duración (solo interpretó una canción), sirvió para encandilar a los asistentes, que también pudieron presenciar un nuevo espectáculo de fuegos artificiales dentro de un estadio de fútbol techado, una escena que sería impensable hace tan solo unos años.

Tras la reanudación, los Commanders se dejaron de especulaciones y, cuando solo habían transcurrido tres minutos y medio del segundo tiempo, Deebo Samuel coronó una espectacular carrera de 20 yardas con el primer 'touchdown' de la tarde, el primero de la NFL en territorio español. Poco importó que los defensas de los Dolphins lo intentasen parar con todos sus medios. El receptor tenía claro su objetivo, poner su nombre en los libros de historia. Ya conseguidos los seis puntos y sentado en la zona de anotación, cruzó sus brazos, desafiante, consciente de que había colocado a su equipo en una situación inmejorable para hacerse con la victoria (13-6).

Sin embargo, los de Florida, en el abismo, reaccionaron de lo lindo y tuvieron hasta ocho ocasiones para devolver el empate al electrónico. Oportunidades perdidas ya que, la defensa de los Commanders, dio todo un recital al defender una franja de tan solo dos yardas ante las acometidas rivales. No hubo premio para los delfines que, con tan solo 18 minutos para el final del encuentro, veían cómo las posibilidades de remontada se esfumaban.

Poco importaba que el encuentro pasara por su momento más crucial, las 'cheerleaders' ejecutaron su enésima coreografía ante el disfrute de los presentes, que siempre celebraban y chillaban, ya fuera por lo deportivo o por el puro espectáculo. Mientras, en el césped, el quarterback Tua Tagovailoa, hawaiano de ascendencia samoana, demostraba por qué es considerado la estrella de los de Florida. Con su diabólico brazo, colocó a sus compañeros, les ordenó como debe hacer un buen mariscal, y dio una vida extra a los Dolphins de cara al último acto.

El premio a tanto esfuerzo lo hizo efectivo Ollie Gordon, que cargó como un salvaje ante una defensa de los Commanders, formada por ocho hombres de más de dos metros y más de 150 kilos. Poco importó, pues el tejano los atravesó como si fueran mantequilla y con la cabeza por delante. Su celebración tuvo movimiento de cintura latina. La ocasión lo merecía, la remontada ya era efectiva en el Santiago Bernabéu.

La euforia azul fue más allá cuando una mala recepción de los de Columbia devolvió la posesión a los Dolphins al faltar cuatro minutos para el final. Desbocados, sus jugadores fueron corriendo a celebrarlo con sus aficionados, que lanzaban todo lo que tenían a mano por los aires. La conexión de todo el estadio llegó cuando comenzó a sonar 'Country Roads', de John Denver, uno de los clásicos americanos por excelencia. Con casi 80.000 haciéndole los coros al cantautor, el final de esta gran epopeya estaba listo para ser escrito.

La ambición de los locales fue desmedida y, en vez de sumar tres puntos con una patada, buscaron un touchdown que nunca llegó, lo que condujo al choque a la prórroga, donde una grandísima recuperación de los de Miami y la precisión de Patterson decidieron el choque en favor de los de Florida.

La épica victoria dejó un gran sabor de boca a todos los presentes, incluso a los decepcionados seguidores de los Commanders. La NFL, en plena expansión mundial, había hecho un importante desembolso para intentar introducir al deporte número uno de Norteamérica en un país muy tradicional en cuanto sus gustos deportivos. Tras poder analizar el resultado, ya finalizada una semana sin descanso pero muy emocionante, se puede decir que el éxito ha sido rotundo, a la espera de los resultados económicos, claro está. El fútbol americano ha dejado su huella en la capital española, profundo ha sido su impacto y su imagen, poco política, trepidante y familiar, puede haber cambiado la historia de nuestro deporte para siempre.

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