Ciclismo
Lafay sorprende en San Sebastián
Tour de Francia
El francés del Cofidis ataca en el último kilómetro de carrera, causa la ira de Van Aert y gana su primera etapa en una grande
Adam Yates golpea primero en un inicio de Tour empañado por el abandono de Mas
Lafay alza los puños tras ganar la segunda etapa de este Tour de Francia
Wout van Aert será padre por segunda vez en este mes de julio. El nacimiento de su hija probablemente coincidirá con este Tour de Francia y, cuando esto ocurra, el prodigio belga dejará la carrera para acudir a una empresa mucho más relevante. ... Por esta razón no pelea el maillot verde que vistió con suficiencia en París el año pasado; por esta razón, la estrella del Jumbo busca una victoria parcial con ahínco. La etapa de este domingo, bellísima de nuevo por la orografía vasca, se ajustaba como guante en mano a su infinita calidad: casi 209 kilómetros dibujaban un día con poso de clásica que, sin pronunciadas pendientes, ponía los dientes largos a este imprescindible corredor en el renacer del ciclismo.
La impoluta estrategia del Jumbo dejaba en las piernas de Van Aert la posibilidad de quitarse un peso de encima. Sin embargo, a falta de un kilómetro, un pillo francés desataba su ira. Victor Lafay (Cofidis) atacaba desde lo más hondo del grupo en cabeza, sorprendía a propios y extraños, lograba su primera victoria en la carrera insignia de este deporte y provocaba varios puñetazos al manillar y otros tantos insultos al aire de un Van Aert desencajado.
Unía el aún enérgico pelotón Vitoria con San Sebastián en otra preciosa etapa de este comienzo de Tour por el País Vasco. Y, a semejanza de la entrega derrochada el sábado en el Pike, en la etapa más larga de esta edición franca, el pueblo vasco se amontonaba a ambos lados del Jaizkibel, el puerto que anticipaba la llegada a la playa de La Concha.
Previa exhibición e inevitable combustión del maillot de puntos Neilson Powless (EF), cuya marcha en solitario fue engullida por el avispero a 30 kilómetros de meta, y tras atravesar el pelotón los abrumadores aledaños a Fuenterrabía, con la última ascensión del mediodía la carrera alcanzó su clímax. Poco o nada importaba que fuera el día dos de un largo camino: el insaciable Tadej Pogacar utilizó el Jaizkibel para intentar asustar al vigente campeón Jonas Vingegaard. El esloveno atacó y el líder del Jumbo le siguió como un recién robado. Mucho más explosivo, el del UAE se echó al zurrón otros cuatro segundos a su tiempo general tras subir primero este puerto de segunda. La carrera sólo suma dos actos, pero las bonificaciones se intuyen cruciales.
El empeño de Pello
Mientras el brillo del amarillo sacaba de un segundo plano a Adam Yates, la bajada del monte coronado por los dos aspirantes a arrebatarle tarde o temprano el liderato al británico agitó la carrera. Pogacar pedía con un giro de cuello un relevo a Vingegaard, que sabio, intuyendo que el balcánico le reventaría en La Concha, jamás le dio. Además, su equipo había diseñado la etapa para el ímpetu de Van Aert.
En tal caldo de cultivo, cuando el grupo perseguidor alcanzó a los dos últimos campeones del Tour, Pello Bilbao vio una oportunidad. Con el Cantábrico de fondo, el polivalente corredor vasco del Bahrein conocía cada palmo del descenso, se lanzó a la pendiente con estética técnica y abrió un hueco jugoso que la realidad no tardó demasiado en cerrar.
En aquel grupo de célebres hombres rodaban talentos como Pidcock, Woods o Ciccone, pero el ojo público se centraba con razón en Van Aert. Sin embargo, el azar tenía planeado entregar el protagonismo a un chico poco acostumbrado a ello en escenarios tan gigantes. Nadie le tomó en serio, pero Lafay ya suma un triunfo que bien vale una trayectoria.
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