Alves alega ahora relaciones consentidas, «tensión sexual mutua» con la denunciante y que mintió para proteger su matrimonio

Es más, el brasileño ha relatado ante la juez que éstas fueron «consentidas» y que hubo «tensión sexual» entre ambos desde un inicio. Alves también ha esgrimido que cree que la joven pudo sentirse «ofendida o enfadada» al pedirle salir por separado del baño y no haber sido «más atento al concluir el acto sexual», para tratar así de justificar la denuncia por violación.

Tras un retraso en el traslado desde la cárcel hasta la Ciudad de la Justicia, su comparecencia ha terminado a las 13.00 horas y se ha alargado durante unos escasos 20 minutos. Según han detallado fuentes jurídicas, ya que se ha celebrado a puerta cerrada, Alves ha realizado una «declaración lineal», durante el 90 por ciento del tiempo, para defender que las relaciones con la denunciante fueron de mutuo acuerdo. Luego ha respondido también a las preguntas planteadas por las partes.

Así, el brasileño ha insistido en que es «respetuoso» en su relación con las mujeres, y que él «no da ningún paso» si no percibe «tensión sexual y una clara predisposición». Tal y como detallaron a este diario fuentes próximas al futbolista, también ha explicado que después de que su esposa le haya pedido la separación, ahora ya puede explicar «la verdad». Su versión, por la que más adelante solicitará de nuevo abandonar el penal de Brians hasta que se celebre el juicio, apunta que se produjo un «encuentro sexual libre y voluntario» en los baños del local de la calle Tuset.

También ha defendido ante la sala que jamás escuchó una negativa por parte de la joven o arrepentimiento. Sí que ha admitido que, tras lo ocurrido, pudo ser más cuidadoso y amable, y ha tratado así de apuntar que fue su actitud la que propició la posterior denuncia de la joven. Por tanto, el exjugador del Barça mantiene que es inocente.

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A. Cabeza

El futbolista brasileño vuelve a declarar este lunes ante la juez de instrucción para aclarar la presunta agresión sexual por la que lleva casi tres meses en prisión preventiva

Según su relato, aquella noche, la víspera de Nochevieja, llegó al local de ocio con su amigo Bruno y allí fueron a la mesa seis, en una zona donde les colocan habitualmente por razones de seguridad. Fue entonces cuando conocieron a tres chicas, entre ellas la denunciante, y hablaron y bailaron, sobre todo con la última. Al constatar la «química que había», el jugador le propuso ir a un lugar «más privado», mencionando el baño que había justo al lado.

Así, ha indicado, ella accedió. Fueron allí por separado y salieron, también, por separado. En su declaración, ha subrayado que todo lo que ocurrió en el interior del baño fue «un acto libre y voluntario, hicieron el amor y no dijo en ningún momento que parara». En este punto ha querido ser contundente y ha asegurado que él respeta a las mujeres y que jamás ha tenido una conducta que vaya «en su contra».

Al preguntársele directamente por la acusación de la joven, el futbolista ha relatado que lo lleva pensando desde que tuvo conocimiento de la denuncia, y que no lo sabe, aunque cree que al pedirle salir separados y ser discretos, sin ser atento ni afectuoso con ella, la pudo ofender o enfadar. En cuanto a la herida en la rodilla que tenía la joven, y por la que le ha preguntado por la Fiscalía, ha recordado la posición de rodillas que ésta adoptó cuando le realizó una felación, y ha indicado que se trata de una escoriación -rozadura- y no de una contusión. El exjugador del Barça ha acudido a declarar desde Brians 2, donde permanece desde el pasado 20 de enero, a la espera que finalice la instrucción y se fije la fecha del juicio. La defensa tiene previsto volver a solicitar su libertad provisional en los próximos días.

El argumentario que ha desplegado este lunes sigue la línea del recurso que presentó su abogado, Cristóbal Martell, para solicitar su excarcelación el pasado febrero. Alves dio tres versiones diferentes en el juzgado. Primero negó conocer a la mujer, después alegó que no habían mantenido relaciones y, finamente, ante los restos de ADN que recabaron los investigadores, admitió que ella le había realizado una felación pero negó las relaciones.

Este lunes, el nuevo cambio de versión ha pasado por esgrimir sexo consentido, y sustentar la falsedad de las anteriores en la salvaguarda de su matrimonio, ahora ya roto. Otra de las bazas de la defensa son las grabaciones de seguridad del local, que también esgrimió Martell en su recurso del pasado febrero. Para el letrado de de Alves, las imágenes de las cámaras de seguridad muestran como, durante varios minutos minutos, un grupo de cinco personas departen de «modo lúdico y festivo, rodeados de muchísima gente en un espacio abierto». Lo que dista mucho, argumenta el penalista, de un contexto de «intimidación ambiental» a la denunciante.

También como es la joven de 23 años la que entra en el lavabo de la zona VIP, donde se habría producido la agresión, dos minutos después de que lo haga el brasileño. Durante esos dos minutos, en base a las grabaciones, la chica estuvo hablando con sus dos amigas y un camarero del local. «Entra sin que Dani Alves le franquee el paso o abra la puerta», apuntó el recurso.