La Fiscalía se opone a la excarcelación de Alves

En su recurso, la defensa de Alves solicitó su puesta en libertad provisional al argumentar que el exlateral del F. C. Barcelona «no eludió su comparecencia» ante los Mossos d'Esquadra tras saber que lo habían denunciado por agresión sexual, la madrugada del 30 al 31 de diciembre en la discoteca Sutton de Barcelona. De hecho, viajó desde México, donde jugaba con los Pumas, para declarar.

Es decir, acudió «de forma voluntaria». Lo hizo el pasado 20 de enero, en el despacho de su abogada, Miraida Puente, donde se citó con las investigadoras de la Unidad Central de Delitos Sexuales (UCAS). Además, el escrito esgrime el arraigo «personal, familiar, social y empresarial» de Alves en Barcelona. También recuerda que, tras decretar el Juzgado de Instrucción 15 de Barcelona su ingreso en prisión, el club mexicano prescindió de él, y que el brasileño ha perdido desde entonces contratos millonarios.

Y es que su elevada capacidad económica fue otro de los aspectos a los que se agarró la instructora para enviarlo a prisión preventiva. Por eso su defensa, que ahora lidera el penalista Cristóbal Martell, recuerda que uno de los contratos de patrocinio que consta en el auto recurrido ya no se encuentra en vigor.

En cuanto a los indicios contra el futbolista, su escrito pone de manifiesto «ciertas debilidades en la prueba de cargo» que existe contra él. Sostiene así que determinados elementos probatorios no son tan «evidentes, contundentes y devastadores como tendenciosamente apuntan el atestado y el auto». Entre otros, las imágenes de las cámaras de la discoteca, que muestran como, durante 20 minutos, un grupo de cinco personas departen de «modo lúdico y festivo, rodeados de muchísima gente en un espacio abierto». Lo que dista mucho, argumenta Martell, de un contexto de «intimidación ambiental» a la denunciante.

También como es la joven de 23 años la que entra en el lavabo de la zona VIP, donde se habría producido la agresión, dos minutos después de que lo haga el brasileño. Durante esos dos minutos, en base a las grabaciones, la chica estuvo hablando con sus dos amigas y un camarero del local. «Entra sin que Dani Alves le franquee el paso o abra la puerta», apunta su recurso.

Ahora será la Audiencia de Barcelona la que deberá decidir si deja en libertad provisional al futbolista, o si lo mantiene en prisión provisional mientras se instruye la causa.