Armstrong y el heredero de Ferrari

Para esquivar los controles, Armstrong y su tropa se referían a Michele Ferrari como «Schumi», el diminutivo con el que se conocía al piloto de Fórmula 1 Michael Schumacher. Una licencia retórica que tiene que ver con un chascarrillo eterno en el ciclismo: «Pase lo que pase, aquí siempre gana un Ferrari».

Según el informe de la Usada, Ferrari fue presentado en persona a los corredores del US Postal en el invierno de 2000, en una concentración en Austin. Johan Bruyneel ejerció como maestro de ceremonias. Según el testimonio de Hincapie, el director concertó una cita individual de cada ciclista con el médico y les advirtió que si querían contratar sus servicios, deberían pagar un porcentaje de su sueldo. En el caso de Hincapie, la cifra ascendía a 11.600 euros. La Usada acredita que Rubiera pagó 11.600 euros a Ferrari el 1 de enero de 2002.

Después de un encuentro de Armstrong y Andreu con Ferrari en Milán, las parejas de los ciclistas, Betsy Andreu y Kristin Armstrong hablaron sobre el dopaje. ¿Qué opinas de la EPO?, preguntó Betsy. «Es un mal necesario», respondió la ex esposa de Armstrong y madre de sus tres primeros hijos.

El ex ciclista Tyler Hamilton relata que recibió su primera dosis de EPO en una concentración del equipo A (la elite del US Postal compuesta por él, Livingston y Armstrong, los escaladores del equipo) en Sestrieres en 1999. «El doctor Ferrari me la inyectó».

La Usada constata que Ferrari jugó un papel básico en la estructura del US Postal y en su plan de dopaje. Y el médico actuaba al menos en cinco sedes en España: Puigcerdá, Alicante, Valencia, Girona y Tenerife.

Floyd Landis y Tyler Hamilton cuentan que Armstrong dio positivo por EPO en el Tour de Suiza en 2001. «Mi gente se pondrá en contacto con la UCI y todo saldrá bien», dicen que dijo Armstrong. Landis explica que el texano y Bruyneel volaron a Aigle, sede de la UCI, y realizaron una donación de 80.000 euros «para ayudar al desarrollo del ciclismo». La UCI ha negado que este pago se efectuara. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ratificó que en el Tour de Suiza 2001 hubo varios análisis sospechosos de EPO.

Después de ganar su tercer Tour, Armstrong fue a cenar con unos amigos al sur de Francia. Y salió a colación la controversia con Greg Lemond, norteamericano que conquistó tres Tours y que había censurado a Armstrong por su cercanía al dopaje. «Le voy a hundir», dijo. Y amenazó con llamar a Trek, la marca de bicis del US Postal que tenía una línea de negocio con las bicicletas Lemond.

Armstrong se retiró en 2005 y volvió al ciclismo en 2009. Corrió en el Astana con Contador bajo la dirección de Bruyneel. Y entró en juego un nuevo agente, un intermediario. Stefano Ferrari, el hijo del médico. Según los mails que incluye la Usada en su informe, el «heredero» no se limita a una labor de interlocución. Aconseja a Armstrong sobre planes de entrenamiento, mide programas en watios del campeón y actúa como cobrador. «Schumi me pregunta si puedes efectuar el pago (25.000 euros) en mi cuenta de MC (Montecarlo)». A lo que Armstrong responde: «¿Te puedo pagar en metálico cuando te vea?». El norteamericano se retiró de nuevo en febrero de 2011.

Cuentan los exciclistas del US Postal que la primera medida que impartía Michele Ferrari era evitar a toda costa a los controladores. Les recomendaba no abrir la puerta de sus casas a desconocidos, retirarse de las carreras si habían consumido alguna sustancia prohibida recientemente, consumir solución salina antes de un control matutino o inyectarse EPO en microdosis en horario nocturno porque su presencia se elimina a las doce horas de su administración.

La Agencia Española Antidopaje (AEA) valora la posibilidad de trasladar a la Fiscalía la investigación en curso sobre los médicos Luis García del Moral y Pedro Celaya y el preparador Pepe Martí, implicados en el caso Armstrong. La AEA también habla de «las colaboraciones eventuales de otros deportistas nacionales» en esta trama.