José Garrido: «Cuando estaba en el suelo, el toro apretaba con todo y se hizo una eternidad; parecía que estaba en medio del desierto»
El torero extremeño, que sufrió una grave cornada por un toro de Adolfo Martín el pasado domingo, habla con ABC
De la cornada de Garrido a la faena sin espada de Robleño
José Garrido en el momento de la cogida
Dos días después de sufrir una grave cornada en el ruedo de Las Ventas, mientras toreaba a Sevillanito, de Adolfo Martín, José Garrido nos recibe en su habitación del la Clínica Fraternidad Mupresa del Paseo de la Habana. Con una camiseta del Osasuna, ... buen color y con la pierna derecha estirada, el torero contestaba a cada pregunta con una sonrisa. Gesto que cambió, aunque no su amabilidad, al intentar hacerle una foto: «Una foto en el hospital… Me da una pena esas fotos. Yo prefiero una foto de la cogida o toreando. Las de los hospitales no me gustan, dan pena, y yo para dar pena no estoy. Cuando veo las fotos de los compañeros me dan una pena… Prefiero que ponga una foto de la cogida».
- ¿Cómo se encuentra?
- Bien, dentro de lo que es un percance de estos, pues bien. Tranquilo. En las mejores manos, gracias a que el equipo médico de Madrid es inmejorable. Don Máximo García Padrós es una institución para los toreros, es una persona que te da tranquilidad y paz en el momento en el que, sabiendo que estás herido, sabes que estás en las mejores manos. Así que por esa parte muy tranquilo y feliz de caer en esas manos. Y ahora ya aquí, en el hospital, con ganas de irme para casa.
- ¿Le han dado ya plazos de recuperación?
- Hoy el doctor García Padrós me ha quitado ya un poquito del drenaje y me ha estado haciendo la cura de por la mañana. La herida está bien, lo único que el desgarro del músculo isquiotibial es el que va a tardar más en recuperarse. La contusión de nervio ciático lo que hace es que, al tenerlo un poco inflamado todavía, no me deje apoyar con seguridad del pie. Pero yo creo que en unos días, en cuanto tenga un poco de flexibilidad en la cicatriz y empiece a caminar, no va a dar muchos problemas. Me ha dicho que mañana va a tirar otro poco del drenaje, y que entre mañana y pasado seguramente me va a dar el alta.
- ¿Cómo vivió el percance? En la plaza fueron segundos eternos, pero visto por televisión es escalofriante, porque no le soltaba, y le empujaba contra el suelo.
- El percance fue muy rápido. Yo creo que fue muy rápido, porque el toro con el capote, en el primer lance por el lado derecho, ya me pegó un apretón, se me vino encima, pero yo tampoco le di mucha importancia porque al final los toros de salida todavía no están ordenados, y no sabes la reacción que tiene, si es la suya, si luego cuando tenga el puyazo pegado va a mejorar, o ha sido un extraño, o lo que sea. No le di mucha importancia. Pero en la muleta, cuando cambiaron el tercio, ya vi al toro con la cara entre las manos, escarbando, desarrollando mucho sentido, y lo vi que no iba a ser fácil, pero es que fue muy rápido. Fue en la primera tanda: le pegué dos muletazos, en uno me partió la muleta, y en el otro me echó mano. Tampoco me dio opción a mucho más. En cuanto me quise poner de verdad y traerlo desde ahí adelante toreado, me arroyó un poco con todo, y cuando me dió aquí (en el muslo derecho) en el pitón… Ya digo que fue muy rápido. Muchas veces, antes de que te coja un toro lo puedes, si no prever, sí ser consciente de que te va a echar mano, pero con éste fue rapidísimo. Y con este tipo de toro, de este encaste, que son muy certeros, en el momento en el que me cogió me metió el pitón, y era una angustia estar en el suelo. Gracias a Dios el animal no soltó la cara cuando estaba apretando, porque estaba apretando con todo, y ahí se hace una eternidad. Parecía que estaba en medio del desierto, porque no llegaba nadie. Pero las cuadrillas llegaron lo antes posible para quitarme al toro, y sólo fue, gracias a Dios, la cornada en la pierna.
«Muchas veces, antes de que te coja un toro eres consciente de que te va a echar mano, pero con éste fue rapidísimo»
- Justo cuando usted empezaba su faena de muleta a ese toro se cerraban los colegios electorales, cambiando el color de político de España. ¿Ve ese cambio bueno para el toreo y para el país?
- Al final yo creo que el mundo del toro no debe tener colores, porque siempre ha habido aficionados de izquierdas y de derechas. No hay que politizarlo, porque le puede gustar tanto una persona de izquierdas como una persona de derechas. ¿Qué pasa? Que en los últimos años sí se ha decantado una rama política más por el toreo que otra, incluso otra lo que ha intentado es ponerle trabas. Lo que debemos intentar ahora mismo es remar todos en la misma dirección, y que al que ponga trabas darle las menos alas posibles.
- ¿Cuáles son sus próximos compromisos?
Tengo una próxima corrida del 10 de junio, que yo espero llegar. También irá marcando las pautas un poco la herida de cómo voy, porque ahora mismo no soy capaz de pegar tres pasos seguidos, pero faltan 10 días o 12 para la corrida, y yo creo que en una semana sería capaz de andar con normalidad, y por lo menos que me dé tiempo dos o tres días antes de coger los chismes para entrenar, y ese es mi objetivo, torear esa corrida de toros.
«Lo que debemos intentar ahora mismo es remar todos en la misma dirección, y que al que ponga trabas al toreo darle las menos alas posibles»
Ese próximo objetivo de Garrido, será en Sahagún, donde está anunciado con toros de Valdellán junto a Juan Leal y Manuel Diosleguarde.
Esta mañana también le visitaba Manuel Caballero, que se había acercado al hospital para interesarse por su estado, así como Juan José Padilla, que le llamaba desde Jerez. «El toro tuvo mucha saña, era muy fiero. Iba a ser en ese o en el siguiente muletazo. Gracias a Dios no ha sido mucho, y ya está», comentaba José por teléfono.